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Activistas en defensa del agua celebran el anuncio de las empresas Duke Energy y Dominion Energy de que abandonan los planes de construcción del oleoducto de la costa atlántica. El oleoducto de 600 millas, que planeaba transportar gas extraído por fractura hidráulica desde Virginia Occidental hasta Carolina del Norte, era una amenaza para la vida de comunidades rurales indígenas y de color. “Hubo mucha oposición a esto”, dice Donna Chavis, activista de la campaña contra los combustibles fósiles de la organización Amigos de la Tierra y líder del pueblo lumbee, cuyo territorio hubiera sido atravesado por el oleoducto. Chavis sostiene que a las comunidades que hubieran sufrido un “daño irreparable” por el oleoducto “ahora se les quitó esa nube de encima”.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Donna Chavis.