El Gobierno del Líbano dimitió el lunes por la noche, en medio de la indignación y el creciente malestar desencadenados por la catastrófica explosión ocurrida la semana pasada en el puerto de Beirut. Al anunciar la renuncia de su gabinete en un discurso televisado, el primer ministro Hassan Diab sostuvo: “La corrupción es más grande que el Estado”. Al menos 200 personas fallecieron en la explosión, provocada por 2.700 toneladas de nitrato de amonio altamente explosivo que había sido dejado en un depósito sin las medidas de seguridad correspondientes durante seis años. La devastadora explosión se produjo en un momento en que el Líbano ya se enfrentaba a una crisis política, económica y de salud pública.
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