En Nueva Zelanda, un tribunal condenó a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional a un agresor armado, autoproclamado nacionalista blanco, tras declararlo culpable de 51 cargos de asesinato, 40 cargos por intento de homicidio y por participar en un acto terrorista. En marzo de 2019, Brenton Tarrant, ciudadano australiano de 29 años de edad, envió por correo electrónico un manifiesto racista, minutos antes de abrir fuego con un rifle de asalto en dos mezquitas de la ciudad de Christchurch y transmitir en vivo la masacre por Facebook. La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, manifestó estar de acuerdo con la condena.
La primera ministra Jacinda Ardern expresó: “El trauma del 15 de marzo no sanará fácilmente; sin embargo, tengo la esperanza de que hoy sea el último día en que tengamos que oír o pronunciar el nombre del terrorista que lo causó. Él merece pasar toda su vida en total y absoluto silencio”.