En Brasil, Volkswagen acordó pagar 6,4 millones de dólares a exempleados que fueron arrestados y torturados luego de que la compañía automotriz los denunciara como “subversivos” durante la dictadura militar brasileña de las décadas de 1960, 1970 y 1980. En un acuerdo alcanzado con fiscales brasileños, Volkswagen admitió haber señalado a activistas sindicales de su enorme planta automotriz cercana a São Paulo, donde los jefes espiaban a los trabajadores e informaban a la policía sobre periódicos y folletos ilícitos. Estas son palabras del ex empleado de Volkswagen Expedito Batista.
Expedito Batista afirmó: “Volkswagen perseguía a los trabajadores. Nos encarcelaban adentro de la fábrica. Otros trabajadores eran entregados al Departamento de Orden Político y Social, que era la autoridad política en ese momento. La conducta de Volkswagen en ese momento fue deliberada. Este acuerdo no nos satisface plenamente. Merecemos más, en virtud de nuestros derechos, pero esto es mejor que nada”.
Este acuerdo compensará a víctimas que fueron arrestadas, golpeadas y despedidas de sus trabajos, cuyos nombres fueron ingresados en listas negras, debido a lo cual no pudieron conseguir trabajo durante años. El presidente Jair Bolsonaro, quien es un ex capitán del Ejército de extrema derecha, ha elogiado la dictadura militar y ha reclamado que se restituyan muchas de sus políticas.