En el estado de Dakota del Sur, dos activistas indígenas enfrentan cargos penales por su papel en la oposición a la construcción del oleoducto Keystone XL, que el presidente Biden detuvo en su primer día en el cargo. Los activistas hacen parte de un pequeño grupo de defensores del agua y de la tierra que han prometido mantener un campamento en la reserva indígena del río Cheyenne en las proximidades de la ruta del oleoducto hasta que toda la infraestructura del proyecto sea retirada. Jasilyn Charger enfrenta hasta un año de cárcel por una acción no violenta de desobediencia civil. Oscar High Elk enfrenta hasta 22 años de cárcel por lo que, según quienes lo apoyan, son cargos falsos, como agresión agravada a las fuerzas del orden. Estas fueron las palabras expresadas la semana pasada por la tía de Oscar High Elk desde el juzgado.
Vivian High Elk: “La capacidad de presentar cargos contra los ciudadanos siempre ha sido sobreutilizada y abusada cuando se trata de la respuesta indígena a la protección de nuestros parientes y sus hábitats y sus fuentes de agua, que incluyen a todos los seres vivos de cuatro patas, de dos patas, todas las plantas, todas las cuencas hidrográficas y todos los territorios indígenas que no fueron cedidos al Gobierno”.