El portal periodístico The Intercept informa que un alto funcionario del Gobierno boliviano saliente conspiró para desplegar a cientos de mercenarios de una base militar estadounidense cerca de Miami y anular los resultados de las elecciones de Bolivia en octubre de 2020. Aunque el complot golpista nunca se concretó, varios documentos y algunas llamadas telefónicas grabadas revelan que el exministro de Defensa boliviano, Luis Fernando López, analizó el plan con Joe Pereira, un exadministrador civil del Ejército de Estados Unidos. Pereira, quien se ha jactado de tener vínculos con las Fuerzas Especiales de Estados Unidos, prometió a López que podría movilizar a miles de mercenarios extranjeros para unirse a unidades militares bolivianas de élite, escuadrones policiales rebeldes y grupos de civiles armados con el fin de evitar que el partido Movimiento al Socialismo retomara el poder en Bolivia.
Joe Pereira: “Puedo conseguir hasta 10.000 hombres sin ningún problema. No creo que necesitemos 10.000. […] Todos pertenecientes a las Fuerzas Especiales. También puedo traer alrededor de 350 profesionales del orden público, para guiar a la policía”.
El candidato socialista Luis Arce ganó la presidencia de Bolivia en la primera vuelta presidencial de octubre de 2020, poniendo fin al gobierno de extrema derecha que derrocó al presidente Evo Morales en un golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en noviembre de 2019.