Rusia dice que no se adherirá al tope de precio de 60 dólares por barril que impuso el G7 para el petróleo ruso transportado por mar que entró en vigor este lunes. La nueva regla implica que se puede enviar crudo ruso a terceros países mediante el uso de buques y empresas del G7 y de la Unión Europea, sólo si éste se vende al precio máximo estipulado o a un precio inferior. El Gobierno de Ucrania dijo que el precio de 60 dólares por barril seguía siendo demasiado alto como para que la capacidad de Rusia para financiar su invasión se viera afectada. Este lunes también comienza un embargo de la UE a las importaciones de crudo ruso por vía marítima.
Esto se produce en medio de una crisis energética cada vez más profunda que afecta a millones de personas en toda Europa al tiempo que se avecina el clima invernal. El sábado, en el Reino Unido los ciudadanos salieron a las calles para protestar contra la “pobreza energética” que ha generado el aumento de los precios de la energía. Los manifestantes exigen que el Gobierno británico financie energías renovables y sistemas de aislamiento para los hogares. Mientras tanto, el presidente francés, Emmanuel Macron, intentó calmar los temores de los ciudadanos en relación a que la escasez de energía podría derivar en medidas de racionamiento eléctrico a gran escala.
Presidente Emmanuel Macron: “No entren en pánico. Eso no tiene sentido. El Gobierno debe hacer un trabajo legítimo para prepararse para situaciones extremas, y, por supuesto, esto implica que sea necesario cortar la electricidad durante algunas horas del día si llegase a haber escasez”.
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