Las crecientes tormentas de arena del Sahara han teñido de naranja los cielos europeos esta semana. El efecto fue más visible en España, donde las autoridades instaron a los residentes a permanecer en sus casas para evitar inhalar las partículas de arena gruesa suspendidas en el aire. Los científicos advirtieron que la crisis del cambio climático intensificará este tipo de eventos en los próximos años.
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