El número de muertos por el tiroteo masivo ocurrido el lunes en el desfile del 4 de julio en Highland Park, en el estado de Illinois, subió a siete. Entre las víctimas fatales se encuentran Irina y Kevin McCarthy, un matrimonio que asistió al desfile con su hijo Aiden, de dos años de edad, a quien encontraron deambulando solo después del tiroteo. El padre del niño murió mientras trataba de proteger a su hijo del francotirador que disparó 70 balas contra las personas que habían asistido al desfile. Nueve víctimas del tiroteo permanecen hospitalizadas.
El martes, las autoridades presentaron siete cargos de asesinato en primer grado contra el presunto atacante, un residente de Highland Park de 21 años de edad llamado Robert Crimo. La policía también reconoció que en 2019 había visitado la casa del joven en dos oportunidades; la primera vez fue después de que intentó suicidarse y la segunda, cuando amenazó con “matar a todos”. Estas fueron las palabras expresadas por Chris Covelli, un portavoz de la oficina del sheriff del Condado de Lake.
Chris Covelli: “La segunda [visita] ocurrió en septiembre de 2019. Un miembro de la familia informó que Crimo dijo que los iba a matar a todos, y Crimo tenía una colección de cuchillos. La policía se presentó en su casa y de allí sacaron 16 cuchillos, un puñal y una espada. En ese momento no había una causa razonable para arrestarlo, no había denuncias firmadas por ninguna de las víctimas. Sin embargo, el departamento de policía de Highland Park notificó de inmediato a la policía estatal de Illinois sobre el incidente”.
La policía afirma que durante los siguientes tres años, el presunto atacante compró legalmente cinco armas de fuego a pesar de que la policía estatal de Illinois había sido notificada sobre las visitas policiales.
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