En Dubái, los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) han estado bloqueando el progreso hacia un acuerdo global para eliminar gradualmente el uso de combustibles fósiles al tiempo que este martes se dará fin a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, denominada COP28. Encabezados por Arabia Saudí, los delegados de los países que conforman la OPEP, quienes reciben el respaldo de cabilderos de la industria del carbón, el petróleo y el gas, han rechazado todo aquel borrador que mencione la industria de los combustibles fósiles. Estas fueron las palabras expresadas por el senador demócrata del estado de Massachusetts Ed Markey cuando habló el domingo al margen de las negociaciones de la cumbre contra el cambio climático.
Senador Ed Markey: “La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático debería concluir con una declaración final en la que se diga que el mundo quiere acabar con esta adicción, que el mundo quiere eliminar gradualmente el uso de combustibles fósiles. La Organización de Países Exportadores de Petróleo no quiere eliminar gradualmente el uso de combustibles fósiles. Ayer sus miembros lo dejaron muy en claro”.
El sábado, cientos de personas marcharon dentro del recinto donde se celebra la conferencia para pedir que se ponga fin a la quema de combustibles fósiles, así como que se establezca un alto el fuego en la Franja de Gaza.
Daniela Marques: “Estamos aquí para decir cómo las grandes corporaciones y la industria de los combustibles fósiles están derritiendo el planeta. Estamos aquí para defender la eliminación gradual de la industria de los combustibles fósiles”.
Las manifestaciones que se llevan a cabo durante la cumbre contra el cambio climático han sido objeto de una fuerte censura. A los manifestantes se les restringió considerablemente la libertad de movimiento, se les prohibió exhibir banderas nacionales y se les impusieron límites estrictos en cuanto a lo que podían decir sus pancartas y lo que ellos podían corear. A otro grupo que se manifestó para exigir la liberación de activistas en favor de la democracia que se encuentran detenidos en los Emiratos Árabes Unidos y Egipto no se le permitió sostener carteles con los nombres de los presos políticos. Un investigador de la organización Human Rights Watch calificó la represión como un “nivel escandaloso de censura en un espacio en el que se había garantizado la protección de las libertades fundamentales, como la libertad de expresión, reunión y asociación”.
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