Activistas ambientales de todo el mundo celebraron el sábado el Día de la Tierra con marchas y otras acciones de protesta a fin de generar conciencia sobre la crisis generada por el cambio climático. En el Reino Unido, el grupo ecologista Rebelión contra la Extinción, la organización Greenpeace y otras organizaciones ambientalistas organizaron cuatro días de protestas bajo el lema “The Big One”, que incluyeron una manifestación masiva y un simulacro de muerte frente al Parlamento de Londres. Estas fueron las palabras expresadas por un investigador de la calidad del aire y activista contra el cambio climático cuando habló desde una de las manifestaciones que tuvieron lugar este fin de semana.
Pete Knapp: “Estamos en una de las calles más concurridas de Londres. La contaminación del aire que esto genera y el amoníaco proveniente de la agricultura están creando una neblina primaveral sobre Londres. Todo esto proviene de la [industria de la] carne y los lácteos y de los combustibles fósiles. El Gobierno no está tomando en cuenta ninguna de esas dos cosas ni tratando de disminuirlas. En su lugar, [el Gobierno] está tratando de aprobar más de 100 nuevas licencias para [la extracción de] petróleo y gas, las cuales son incompatibles con un mundo que se está calentando 1,5 grados Celsius”.
En Estados Unidos, se realizaron manifestaciones más pequeñas. En la ciudad de Washington D.C., los activistas marcharon hacia la Casa Blanca para exigir que el país deje de depender de la industria de los combustibles fósiles. Mientras tanto, la organización ambientalista Last Generation organizó una “marcha lenta” a través de Berlín, lo que provocó embotellamientos en diferentes partes de la ciudad. La organización, conocida por llevar a cabo acciones disruptivas, bloqueó este lunes decenas de intersecciones de tráfico en Berlín, entre ellas una importante carretera, pegando sus manos a las calles. Un activista de Last Generation que pide que Alemania deje de usar por completo los combustibles fósiles para 2030, dijo: “Estamos paralizando la ciudad para que el Gobierno tome medidas”. En Francia, miles de personas marcharon en la región sureña de Tarn para manifestarse contra la construcción de una nueva carretera y construyeron un muro de ladrillos de cemento en medio de una carretera nacional para expresar su oposición al proyecto. Los lugareños argumentan que la carretera aumentaría la contaminación y amenazaría la biodiversidad de la zona.
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