La Compañía de Energía Eléctrica de Tokio está siendo objeto de crecientes críticas debido a sus planes de verter al mar 1,3 millones de toneladas de aguas residuales contaminadas de la planta de energía nuclear de Fukushima. El agua contiene peligrosos radionúclidos provenientes de la fusión, en 2011, de tres reactores de la planta, que fue provocada por un terremoto y un tsunami de gran magnitud. Esta semana, el Organismo Internacional de Energía Atómica de la ONU aprobó la liberación planificada de las aguas residuales por parte de la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio, la empresa operadora de la planta. El plan ha generado protestas en Japón y en Corea del Sur, donde activistas antinucleares realizaron recientemente una serie de manifestaciones.
Choi Heewon: “No puedo creer que el plan del Gobierno japonés de liberar agua contaminada con energía nuclear haya llegado tan lejos. El impacto en nuestros océanos y en el resto del Pacífico será enorme. Por eso creo que Corea del Sur y los países vecinos deberían trabajar en forma conjunta para posponer la decisión de verter [al mar] agua contaminada con sustancias radiactivas”.