En Marruecos, al menos 2.500 personas murieron luego de que un terremoto de magnitud 6,8 azotó el viernes el país africano. El epicentro del sismo se produjo en las montañas del Alto Atlas, a unos 70 kilómetros de Marrakech, lo que provocó el colapso de edificios en el casco antiguo de la ciudad, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los equipos de búsqueda y rescate han tenido dificultades para llegar a las zonas rurales, donde se produjeron algunos de los mayores estragos, y poder, de este modo, asistir a los supervivientes. Estas fueron las palabras expresadas por un residente de la localidad de Moulay Brahim.
Yassin Noumghar: “Como pueden ver, nuestra casa está destruida. Todo ha desaparecido. Perdimos todo. Perdimos toda la casa. Ningún funcionario nos ha visitado. No hemos recibido ningún tipo de ayuda. Esta es la voluntad de Dios. […] Estamos durmiendo a la intemperie desde hace unos dos días. Como pueden ver, nuestra familia y nuestros colegas, nuestros barrios, todo es realmente difícil para nosotros. No tenemos comida ni agua. Tampoco tenemos electricidad”.