Al menos 20 personas murieron y aproximadamente 300 fueron hospitalizadas el lunes cuando una explosión arrasó un depósito de combustible que abastecía a los refugiados en el territorio de Nagorno Karabaj, que se encuentra ubicado en la región del Cáucaso sur. Se desconoce qué fue lo que provocó la explosión, que agravó la miseria de las decenas de miles de personas de etnia armenia que están huyendo del territorio en disputa una semana después de que Azerbaiyán tomara el control de este. Las autoridades armenias informan que, hasta el martes por la mañana, unos 14.000 de los 120.000 residentes de Nagorno Karabaj habían huido a Armenia. Miles de personas siguen afectadas por la falta de comida, refugio y fuentes limpias de agua potable.
Alpine Movsyan: “No sabemos qué nos pasará después. No sabemos lo que el Gobierno tiene previsto para nosotros. No hay ninguna posibilidad de volver. Si hubiera posibilidades, ni siquiera nos iríamos. Estar ahí es muy peligroso”.
El lunes, representantes de los armenios de Karabaj se reunieron con funcionarios azerbaiyanos para llevar a cabo una segunda ronda de negociaciones de paz, aunque no se dio a conocer ningún detalle sobre la reunión. En Bakú, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, prometió que su Gobierno garantizará la seguridad de todos los residentes de Nagorno Karabaj, y rechazó las afirmaciones de Armenia de que se está llevando a cabo una limpieza étnica.
Presidente Ilham Aliyev: “Las personas que viven en la región de Karabaj son ciudadanos de Azerbaiyán, independientemente de cuál sea su nacionalidad. El Estado de Azerbaiyán garantizará su seguridad y bienestar”.
Funcionarios diplomáticos de Armenia y Azerbaiyán se encuentran este martes en la capital de Bélgica, Bruselas, para prepararse para las conversaciones de paz que se llevarán a cabo el 5 de octubre. La cumbre incluirá a los líderes de Francia y Alemania, y al Consejo Europeo.
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