La organización Human Rights Watch ha denunciado que los ataques israelíes contra trabajadores médicos e instalaciones sanitarias en el Líbano constituyen un crimen de guerra y está pidiendo a los países aliados de Israel que suspendan la venta de armamento al país liderado por Benjamín Netanyahu. La semana pasada, Israel mató a más de 160 trabajadores médicos y de rescate en todo el Líbano, al tiempo que causó daños en más de 150 ambulancias y 55 hospitales.
Mientras tanto, la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano, o FINUL, afirma que sus tropas siguen siendo objeto de ataques israelíes.
Andrea Tenenti: “Desde el 1 de octubre, la Fuerza Interina de las Naciones Unidas en Líbano ha registrado más de 30 incidentes que provocaron daños a propiedades o instalaciones de la ONU, así como lesiones al personal de mantenimiento de la paz. De ellos, unos 20 podrían atribuirse a fuego o acciones de las Fuerzas de Defensa de Israel, siete de los cuales fueron claramente deliberados”.