En Brasil, el miércoles comenzó el juicio contra dos ex policías militares acusados de asesinar a la concejala de la ciudad de Río de Janeiro Marielle Franco y a su chofer, Anderson Pedro Gomes, quienes murieron en marzo de 2018 tras ser alcanzados por disparos efectuados desde un vehículo en movimiento. Ronnie Lessa y Élcio Queiroz, quienes confesaron los asesinatos al firmar acuerdos de culpabilidad, aún enfrentan penas de prisión de hasta 84 años cada uno. La concejal Franco era una activista negra que luchó a favor de los derechos de las personas LGBTQ y de los derechos humanos, así como contra la brutalidad policial de una de las fuerzas policiales más desacreditadas del mundo. Antes del juicio, decenas de manifestantes se congregaron frente al tribunal para exigir que los responsables rindan cuentas por el asesinato de Franco y por las víctimas de crímenes sin resolver de las comunidades marginadas de Brasil. La madre de Marielle Franco, Marinete da Silva, participó en la protesta.
Marinete da Silva: “No normalicemos [estas cosas]. No banalicemos la vida, ni la de mi hija ni la de ninguno de estos niños y niñas, que también han sido asesinados. Estoy aquí con otras madres. Estoy aquí con otras personas que están pasando por el mismo dolor, y vamos a permanecer unidos”.