En Colombia, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, denominada COP16, concluyó sin el tan ansiado acuerdo sobre financiación por parte de los países ricos. La organización Greenpeace Internacional afirmó al respecto: “El mundo ha perdido entre el 5% y el 10% de todas las especies de insectos en los últimos 150 años. No habrá salida a esta alarmante crisis de biodiversidad si los países del Norte Global continúan priorizando el dinero por encima de la vida en nuestro planeta”. Algunas personas de países más pequeños que participaban en las negociaciones afirmaron que se vieron obligadas a abandonar las conversaciones, ya que estas se prolongaron más allá del final oficial de la cumbre y no podían costear el cambio en los planes de vuelo.
Sin embargo, también surgieron algunas buenas noticias de la cumbre, entre ellas una medida que establece un órgano consultivo indígena permanente en la ONU para participar en la toma de decisiones sobre temas relacionados con la conservación.
Camila Paz Romero: “Esta es una ocasión sin precedentes en la historia de los acuerdos multilaterales sobre ambiente. Los pueblos indígenas y las comunidades locales del mundo, conectadas desde nuestros sistemas de conocimientos en el cuidado de la vida, la biodiversidad, recordamos el largo camino que hemos recorrido en este convenio. Este nuevo órgano subsidiario es un referente para el resto del mundo, en el que las partes reconocen la necesidad continua de nuestra participación plena y efectiva”.
Organizaciones ambientalistas también acogieron con satisfacción los avances en el Tratado Global sobre los Océanos. Las organizaciones esperan que el tratado sea ratificado en junio de 2025, así como una nueva medida para que las compañías farmacéuticas declaren las ganancias que obtienen de productos basados en datos genéticos derivados de la naturaleza.