En Papúa Nueva Guinea, las autoridades afirman que se teme que unas 2.000 personas hayan muerto luego de que un deslizamiento de tierra que arrasó varias localidades de la provincia norteña de Enga las sepultara vivas. Miles de residentes de la zona han recibido la orden de evacuar debido a que sigue existiendo la posibilidad de que se produzca otro deslizamiento de tierra. La mayoría de los cadáveres siguen desaparecidos dado que las labores de rescate se han visto obstaculizadas por el terreno inestable y el bloqueo de una carretera.
Evit Kambu: “Tengo a 18 miembros de mi familia enterrados bajo los escombros y el suelo sobre el que estoy, y muchos otros familiares de la aldea que no puedo contar. Soy propietaria de tierras aquí. Les agradezco a todos los que han venido a ayudarnos, pero no puedo recuperar los cadáveres, así que estoy parada aquí sintiéndome impotente”.