En el Congreso de Estados Unidos, los legisladores del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes interrogaron el lunes a la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, en relación con las fallas de seguridad que hubo el 13 de julio previamente al intento de asesinato de Trump, hecho que Cheatle calificó como “el fracaso operativo más importante” de la agencia.
Kimberly Cheatle: “La misión solemne del Servicio Secreto es proteger a los líderes de nuestro país. El 13 de julio fracasamos. Como directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, asumo toda la responsabilidad por cualquier falla de seguridad por parte de la agencia”.
Tanto los demócratas como los republicanos están pidiendo a Cheatle que renuncie a su cargo después de que esta esquivara en reiteradas ocasiones a los legisladores que la presionaban para que diera más detalles sobre qué fue lo que salió mal. Una de las pocas cosas que Cheatle reveló sobre lo sucedido fue que su agencia había sido informada varias veces sobre una persona sospechosa antes del tiroteo y que el techo desde el que el atacante disparó había sido identificado como una posible vulnerabilidad de seguridad. También dijo que el atacante no fue considerado una “amenaza” hasta “segundos antes de que comenzaran los disparos”.
Mientras tanto, los republicanos de la Cámara de Representantes aprovecharon la audiencia del lunes para arremeter, en una serie de ataques misóginos, contra las políticas de diversidad, equidad e inclusión del Servicio Secreto. El congresista estadounidense del estado de Tennessee Tim Burchett le dijo a Cheatle: “Señora, usted es una historia de terror de las políticas de diversidad, equidad e inclusión”, mientras que el legislador del estado de Texas Michael Cloud le preguntó a Cheatle: “¿Todos los agentes del Servicio Secreto cumplen con los mismos estándares, o la agencia tiene diferentes estándares para diferentes personas?”.