La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció el envío a Gaza de 1,2 millones de dosis de vacunas contra la polio ante el temor de que el virus, que fue detectado en aguas residuales del enclave palestino, se propague entre la población. Durante los últimos diez meses, Israel ha destruido todas las plantas de tratamiento de aguas residuales de Gaza, así como también la mayoría de las bombas de saneamiento. La OMS afirma que el objetivo es vacunar a 600.000 niños y niñas palestinos menores de ocho años. Asimismo, la OMS reiteró su llamado a un alto el fuego en Gaza y sostuvo que el personal médico del organismo necesita “absoluta libertad de movimiento” para administrar las vacunas.
Mientras tanto, Israel ha matado a al menos otros 27 palestinos en el centro y sur de la Franja de Gaza, en un día que la cadena Al Jazeera calificó de “especialmente sangriento”. Entre los muertos se encontraba Nadi Salllout, miembro de la organización humanitaria World Central Kitchen. En abril, una serie de ataques aéreos israelíes causaron la muerte de otros siete trabajadores de esa organización.
Un bombardeo israelí mató e hirió a varios palestinos desplazados en Deir al-Balah.
Nidal Ashour: “El misil cayó y la explosión fue enorme. Frente a mí había entre 15 y 20 personas heridas. La mayoría de ellas quedaron con las piernas desmembradas, amputadas. Después de ese impacto, me trasladé en una ambulancia al hospital Mártires de Al-Aqsa con un vecino cuya pierna quedó desmembrada. Cuando estábamos en el hospital Mártires de Al-Aqsa, perpetraron el segundo ataque. Llegamos esta mañana aquí y nos encontramos con toda esta destrucción, como pueden ver. No esperábamos que el ataque fuera tan potente y de esta magnitud. La escena da ganas de llorar. Los niños huían. Parecía el fin del mundo. Las imágenes hablan más que las palabras”.
En más noticias sobre Gaza, Turquía ha solicitado formalmente unirse a la demanda por genocidio que Sudáfrica presentó contra Israel en la Corte Internacional de Justicia.