El medio de comunicación ProPublica informa que al menos dos mujeres murieron en Georgia tras no poder acceder a abortos legales y recibir atención médica a tiempo en dicho estado. Amber Thurman sufrió una infección fatal después de que trabajadores médicos se negaran a tratar una rara complicación derivada de un aborto farmacológico. Por otro lado, Candi Miller murió por complicaciones relacionadas con un aborto farmacológico. Esto se produjo después de que su familia dijera que Miller no visitó a un profesional de la salud “debido a la legislación actual sobre embarazos y abortos” que rige en el estado.
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