
El tiroteo perpetrado el sábado 13 de diciembre, durante una celebración de Janucá en la famosa playa Bondi Beach de Sydney, provocó al menos quince muertes y dejó al menos 42 personas heridas. Es el peor tiroteo masivo que tiene lugar en Australia en casi tres décadas. Entre las víctimas se encuentran una niña de diez años, dos rabinos y un sobreviviente del Holocausto que murió mientras protegía a su esposa de las balas.
El primer ministro israelí, Netanyahu, dijo que la culpa del tiroteo la tenía el reconocimiento del Estado palestino por parte de Australia. Antony Loewenstein, miembro de la organización Jewish Council of Australia, responde a estas declaraciones y señala que el tiroteo está “siendo utilizado como un arma por las peores personas imaginables para apoyar políticas terriblemente draconianas”.
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