
Este jueves 4 de diciembre, el ejército estadounidense anunció que había bombardeado otro barco de presuntos narcotraficantes, esta vez con un saldo de cuatro víctimas fatales en el Pacífico oriental. Desde septiembre, Estados Unidos ha lanzado 22 ataques en los que ha matado al menos a 87 personas. Si bien el Gobierno estadounidense no ha proporcionado pruebas sobre las actividades de las embarcaciones atacadas ni las identidades de las personas a bordo, ahora la familia de un pescador de Colombia ha iniciado la primera acción judicial contra estos ataques militares. En una denuncia presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la familia dice que Alejandro Andrés Carranza Medina, de 42 años, pescador de Santa Marta y padre de cuatro hijos, murió el 15 de septiembre en uno de estos ataques. Según la familia, el hombre no estaba contrabandeando drogas sino que estaba pescando atún y marlín cuando su bote fue bombardeado en la costa caribeña de Colombia.
“Alejandro fue asesinado”, dice el abogado internacional de derechos humanos Dan Kovalik, quien radicó la denuncia en nombre de la familia. “Así no es como debe actuar una nación civilizada, asesinando personas en alta mar sin pruebas ni juicio [previo]”.
Para ver la entrevista completa en inglés, haga clic aquí.






