El congelamiento de la ayuda internacional implementado por el Gobierno de Trump ha provocado su primera muerte. Una refugiada birmana de 71 años murió tras ser dada de alta de un hospital que Estados Unidos financiaba a través del Comité Internacional de Rescate en la frontera entre Tailandia y Birmania. Cuando el hospital cerró, Pe Kha Lau perdió el acceso a un tanque de oxígeno que le permitía mantenerse con vida. Estas fueron las palabras expresadas por el yerno de Pe Kha Lau.
Tin Win: “Todos los pacientes fueron enviados de regreso a sus casas después de que la clínica dejó de operar en el campamento. No solo mi suegra, todos los pacientes regresaron a sus casas. No quedó nadie allí. Mi suegra no se encontraba en estado crítico cuando regresó a casa. Estoy seguro de que no habría pasado nada si todavía tuviera un tanque de oxígeno. Murió por la falta de tanques de oxígeno en el campamento”.
Según se informa, otras víctimas no identificadas también murieron después de que se cerraran los centros de salud que brindaban atención a refugiados birmanos.