Israel ha puesto fin unilateralmente al acuerdo de alto el fuego en Gaza y ha lanzado durante la madrugada del martes una serie de ataques aéreos a gran escala que mataron al menos a 404 personas y dejaron heridas a más de 560. Se espera que el número de víctimas aumente debido a que aún hay decenas de personas atrapadas bajo los escombros. Los ataques comenzaron sin previo aviso, aunque este martes por la mañana las fuerzas armadas israelíes advirtieron a los residentes de varias regiones fronterizas de Gaza que “evacuen de inmediato”, ya que sus vecindarios son “zonas de combate peligrosas”. Sobrevivientes de los ataques afirmaron que familias enteras fueron exterminadas y que entre los muertos había niños, niñas y personas de edad avanzada.
Testigo presencial de los ataques en Gaza: “Casi toda la familia fue martirizada, todos quedaron desmembrados, y nuestra casa se derrumbó sobre nosotros. Nuestra vivienda está justo al lado de la de ellos. También hay heridos en la casa de los Sattari. Todavía están sacando gente de debajo de los escombros. Estábamos durmiendo, justo antes del desayuno del suhur, y la casa casi se nos cae encima”.
La Casa Blanca afirmó que Israel avisó con anticipación a Estados Unidos acerca de la reanudación de los ataques contra Gaza. Antes de los bombardeos, la población palestina ya llevaba más de dos semanas bajo un bloqueo impuesto por Israel, que impedía la llegada de combustible y ayuda humanitaria a Gaza. Unicef informó el domingo que un tercio de los menores de corta edad que viven en el norte del enclave palestino sufren de desnutrición aguda y agregó: “Un millón de niños y niñas viven, una vez más, sin los elementos básicos que necesitan para sobrevivir”.
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