
Durante el fin de semana, docenas de personas palestinas hambrientas fueron masacradas cuando esperaban para recibir ayuda en un punto de distribución operado por la sombría Fundación Humanitaria de Gaza. Sobre esto, justamente, habían advertido muchos observadores que expresaron escepticismo sobre el plan de ayuda impulsado por Estados Unidos e Israel. “No es una organización real”, señala Eyad Amawi, quien coordina el trabajo de diferentes organizaciones humanitarias en Gaza. Amawi acusa al ejército israelí de utilizar el mínimo flujo de ayuda que está permitiendo ingresar en el sur de Gaza “como una herramienta para provocar más sufrimiento”.
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