En la ciudad de Atlanta, la policía afirma que un hombre que sostenía teorías conspirativas sobre las vacunas contra la COVID-19 disparó el viernes 180 tiros contra la sede de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. El atacante mató a un agente de policía y causó pánico entre los trabajadores de salud pública que se encontraban en el lugar, quienes corrieron a refugiarse mientras el hombre lanzaba ráfagas de disparos contra cuatro edificios de oficinas. El sospechoso, Patrick Joseph White, portaba cinco armas de fuego, incluido un rifle. Vecinos de White dijeron que él estaba convencido de que las vacunas le habían causado daño y que también estaban dañando a otras personas.
El secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., recorrió el lunes los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades después de publicar en la red social X que estaba “sumamente triste” por el tiroteo. Esto se produce después de que Kennedy congelara cientos de millones de dólares en fondos para la investigación sobre vacunas y supervisara el despido de más de 2.000 trabajadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, incluidos expertos en salud pública que analizaban temas relacionados con la violencia con armas de fuego.
El domingo, trabajadores actuales y exempleados de la agencia de salud se manifestaron en Atlanta para pedir la destitución de Kennedy Jr. Estas fueron las palabras expresadas por la doctora Elizabeth Soda, especialista en enfermedades infecciosas.
Doctora Elizabeth Soda: “Me indigna que Robert F. Kennedy Jr. continúe siendo el secretario de Salud. Como secretario de Salud, sus mentiras están costando vidas. Su peligrosa retórica está aumentando las enfermedades entre los estadounidenses, al tiempo que se erosiona la toma de decisiones basada en la ciencia. Pero no es demasiado tarde. Si otros estadounidenses se unen a mi indignación y exigen la renuncia de Kennedy Jr., no todo estará perdido”.