
Greenpeace ha presentado una demanda contra dos grandes empresas químicas y las empresas responsables de sus relaciones públicas por espionaje empresarial. La denuncia alega que Dow Chemical y Sasol —anteriormente CONDEA Vista— contrataron a investigadores privados para que espiaran a Greenpeace a finales de los 90. Las acusaciones de espionaje se centran en la vigilancia a la que fue sometida la oficina de Greenpeace en Washington, D.C., y la infiltración de un grupo comunitario en St. Charles, Luisiana, que estaba colaborando con Greenpeace en la lucha contra la contaminación por dioxinas. Greenpeace acusa a las empresas de llevar a cabo este tipo de vigilancia “con la intención de evitar, dificultar o echar por tierra” las campañas de defensa del medio ambiente de la organización”. Para conocer más acerca del caso, hablamos con el investigador jefe de Greenpeace USA, Charlie Cray. Dow Chemical prefirió no hacer declaraciones sobre la demanda.