La Casa Blanca manifestó su creciente respaldo a los trabajadores públicos en lucha mientras aumentan las protestas. El Presidente Barack Obama dijo ante la Asociación Nacional de Gobernadores en Washington que los sindicatos estaban siendo “denigrados y vilipendiados”.
Obama afirmó: “Creo que todos deberíamos estar dispuestos a renunciar a algo para resolver nuestros desafíos presupuestales, y creo que la mayoría de los funcionarios públicos están de acuerdo. Los demócratas y republicanos están de acuerdo con eso. De hecho, muchos empleados públicos de varios estados ya aceptaron los recortes. Pero déjenme decir esto también: no creo que le sirva a nadie que los empleados públicos sean denigrados o vilipendiados, o que sus derechos no sean respetados”.