Mientras tanto, la incursión aumentó las tensiones entre los gobiernos de Estados Unidos y Pakistán. Este último país criticó la “acción unilateral no autorizada” y la Casa Blanca dijo que no había advertido a los funcionarios paquistaníes por temor a que se alertara a las personas blanco de la misión. El martes, el gobierno paquistaní emitió una declaración en la que rechaza las acusaciones de que estaba al tanto de la presencia de Bin Laden en el país y advierte a Estados Unidos en contra de que vuelva a llevar misiones similares en el futuro. En una reunión trilateral con enviados estadounidenses y afganos, el Ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán Salman Bashir afirmó que su país está tratando de seguir adelante tras las secuelas de la presencia de Bin Laden.
Bashir dijo: “Estamos tratando de mirar al futuro. La cuestión de Osama Bin Laden es historia y creo que no queremos seguir estancados en el pasado”.