Casi 7.000 efectivos estadounidenses y filipinos comenzaron un importante ejercicio militar conjunto que incluirá combates de entrenamiento cerca de las disputadas aguas del mar de China meridional. Los ejercicios se llevan a cabo en momentos en que Estados Unidos expande su presencia en la región. El lunes, docenas de estudiantes activistas filipinos protestaron frente a la embajada de Estados Unidos y reclamaron que todas las tropas de ese país abandonen Filipinas. Funcionarios militares de ambos países afirmaron que los ejercicios militares no tenían como propósito provocar a China.
El brigadier general Frederick Padilla, de Estados Unidos, declaró: “Este ejercicio, desde nuestro punto de vista, no está vinculado con ninguna situación en particular. Es simplemente una oportunidad para nosotros para trabajar en nuestra relación y poder estar listos. Y otra vez este año, el panorama es el de la asistencia humanitaria y auxilio a las víctimas de catástrofes. Así que es en eso en lo que estamos enfocados, en fortalecer ese lazo, fortalecer las relaciones donde podamos responder mejor si se genera una crisis”.