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De visita en la ciudad de Nueva York para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas, nos acompaña el ministro de relaciones exteriores de Ecuador, Ricardo Patiño, para analizar la participación de su gobierno en dos batallas legales sobre el medio ambiente, analizadas de cerca.
Un tribunal ecuatoriano le ordenó al gigante petrolero Chevron que pague $19 mil millones de dólares a ciudadanos ecuatorianos indígenas y campesinos, por haber vertido unos 18.5 mil millones de galones de desechos altamente tóxicos en la selva tropical. Pero Chevron se rehusó a pagar y obtuvo una victoria parcial la semana pasada, cuando un panel arbitral internacional con sede en La Haya emitió un fallo provisorio que cuestiona la validez del fallo original del año 2011. Patiño también se refiere a por qué Ecuador acaba de renunciar a un plan destinado a impedir las perforaciones para buscar petróleo en franjas de la selva amazónica; el mismo consistía en el pago por parte de los países ricos para que no haya perforaciones, intento que —de acuerdo al gobierno ecuatoriano— no atrajo suficientes fondos. Importantes ecologistas, entre ellos Vandana Shiva, Naomi Klein y James Hansen, hace poco le escribieron una carta abierta al presidente Rafael Correa, para pedirle que no renuncie a la iniciativa: “Junto a miles de otros ciudadanos del mundo, consideramos que la iniciativa Yasuní-ITT es una medida innovadora en el esfuerzo internacional para lograr una civilización que no descanse en los combustibles fósiles. Nos inspiró la determinación del pueblo ecuatoriano para renovar la iniciativa luego de la reciente decisión de su gobierno de abandonarla”.