El gobierno de Barack Obama ha lanzado nuevos protocolos para personas que hayan estado en contacto con pacientes que contrajeron ébola, en medio de la crítica mundial a las cuarentenas estatales. La nueva política del Centro para el Control de Enfermedades requiere un chequeo y una llamada telefónica a una autoridad local de salud, pero no coloca automáticamente a los trabajadores en confinamiento. La actualización se produjo después de que el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, accediera a liberar a una enfermera que fue aislada en una tienda de campaña dentro de un hospital de Newark tras regresar de Sierra Leona. Kaci Hickox había denunciado públicamente su tratamiento, tras ser confinada a pesar de no tener síntomas de ébola. En un comunicado leído por un portavoz, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, criticó las medidas estatales.
Stéphane Dujarric expresó: “Los trabajadores de salud que regresan son personas excepcionales que están dando todo de sí mismos para la humanidad. No deben ser sometidos a restricciones que no estén basadas en la ciencia. Los que desarrollen infecciones deben ser apoyados, no estigmatizados. El Secretario General reitera que la mejor forma de protegerse contra el ébola para cualquier país es detener el brote en su origen, en África Occidental. Esto requiere un considerable apoyo internacional de trabajadores de la salud y, a cambio de este apoyo, tenemos la obligación de cuidar de ellos”.
El ejército de Estados Unidos está colocando en cuarentena a los soldados que regresan de Liberia. El grupo sometido a un control de 21 días incluye al mayor general Darryl Williams, comandante de las fuerzas armadas estadounidenses en África.