Un día después de que su familia confirmara la muerte de Kayla Mueller en Siria, recordamos la vida de esta joven estadounidense de 26 años de edad, trabajadora humanitaria. Los secuestradores de Kayla, el grupo Estado Islámico, afirman que la joven murió en un ataque aéreo perpetrado la semana pasada por Jordania. El martes, la familia dijo que había recibido pruebas de que Kayla había muerto, pero no está claro cómo. Mueller se trasladó a la frontera entre Turquía y Siria a fines del año 2012 para trabajar con los refugiados sirios. Antes había trabajados con refugiados en otras partes del mundo, entre ellos tibetanos en India, africanos en Israel y palestinos en los Territorios Ocupados. Mueller desapareció en agosto de 2013 tras ser secuestrada en momentos en que se retiraba de un hospital en el norte de Siria. En una carta escrita en cautiverio, Mueller le dice a su familia “en la oscuridad, me mostraron la luz, y aprendí que aun en la cárcel, uno puede ser libre. Estoy agradecida. Me di cuenta de que el bien está presente en todas las situaciones; a veces solo tenemos que buscarlo”. Nos acompañan dos invitados: Emily Schick, compañera de habitación de Mueller durante los estudios universitarios en Northern Arizona University y compañera de voluntariado en el Movimiento de solidaridad internacional en Cisjordania; y Mauri Saalakhan de la organización The Peace and Justice Foundation, que estuvo haciendo campaña para la liberación de Mueller.
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