El presidente Barack Obama visitó Michigan el miércoles, donde pronunció sus primeras declaraciones públicas acerca de la crisis del agua en Flint. La contaminación del agua comenzó después de que un director nombrado por el gobernador cambiara la fuente de agua potable de la ciudad al río Flint para ahorrar dinero. El miércoles, Obama dijo que estaría enfurecido si fuera un padre en Flint.
Obama afirmó: “Estoy muy orgulloso de lo que he hecho como presidente, pero el único trabajo que es más importante para mí es ser padre. Y sé que si fuera un padre allí, estaría enfurecido de que la salud de mis hijos corriera peligro”.
Obama se reunió el martes en Washington con la recién elegida alcaldesa de Flint, Karen Weaver.