Dirigente de la red de jornaleros de Los Ángeles: Estados Unidos acepta la “mano de obra del migrante”, pero no la humanidad de la gente inmigrante

Original en Español12 de junio de 2025
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Vamos a Los Ángeles, donde los trabajadores inmigrantes y sus familias están sintiendo el impacto de las redadas llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en lugares de trabajo como las tiendas Home Depot. Cientos de personas han sido detenidas y muchas otras temen por sus familias y se preguntan si es seguro ir trabajar o a la escuela. “La vida de las personas inmigrantes, en Los Ángeles y en todo el país […] está llena de incertidumbre”, dice Pablo Alvarado, codirector ejecutivo de la Red Nacional de Organización de Jornaleros (NDLON por su sigla en inglés). “Cuando las madres o padres salen por la mañana para ir a trabajar, sus familiares no saben si los van a volver a ver”.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! democracynow.org. Soy Amy Goodman

Vamos a Los Ángeles, donde la comunidad ha liderado protestas por seis días en respuesta a la política represiva del presidente Trump contra los inmigrantes. Las protestas comenzaron después de que Inmigración llevara a cabo operaciones en todo el sur de California la semana pasada. El centro de Los Ángeles continúa bajo toque de queda y casi 400 personas han sido arrestadas desde que comenzaron las protestas el viernes pasado.

El presidente Trump ha dado el inusual paso de federalizar la Guardia Nacional para desplegarla en Los Ángeles y envió a 700 infantes de marina a pesar de las objeciones del gobernador Newsom, quien ahora está demandando a Trump. Pero en el centro de esta crisis están los trabajadores inmigrantes, las familias y las comunidades que se han visto afectadas por la represión migratoria. Cientos de personas han sido arrestadas en Los Ángeles durante la última semana.

Esta es Kimberly Hernández, cuyo padre está desaparecido después de una redada en el lavadero de autos donde trabajaba.

KIMBERLY HERNÁNDEZ: “Estamos extremadamente tristes de no saber dónde está. No hemos podido encontrarlo, y esto es injusto. Queremos que haya justicia para él. Queremos vivir sin el temor de ser detenidos en todo momento”.

AMY GOODMAN: A medida que las familias inmigrantes enfrentan esta incertidumbre de decidir si van a trabajar o no, o a la escuela, y temen por sí mismas y sus familias, nos acompaña en Pasadena, California, Pablo Alvarado, codirector ejecutivo de la Red Nacional de Organización de Jornaleros.

Pablo, usted lleva más de 20 años organizando a jornaleros. ¿Puede describir lo que significa para ellos este aumento de la represión del Servicio de Inmigración, ICE? Describa cómo están enfrentando los inmigrantes el día a día mientras miles de soldados inundan las calles.

PABLO ALVARADO: Los jornaleros, en particular, cada vez que salen en la mañana, no saben si van a regresar y sus familias están en desesperación, básicamente. Cuando llegan a pararse en frente del Home Depot, no saben si los van a contratar, si van a agarrar trabajos para el día, no saben si les van a pagar, no saben si van a tener un accidente en el lugar de trabajo y ahora no saben si va a llegar Inmigración, si van a llegar agentes enmascarados con sus vehículos blindados, con sus armas, que son fusiles de asalto que son usados en zonas de guerra. ¿No saben [que va a pasar]? Está llena de incertidumbre la vida de un jornalero y no nada más la vida de un jornalero, sino de todos los trabajadores de bajos ingresos que hacen rodar la economía de Los Ángeles, incluyendo carwash workers, incluyendo gente que trabaja en la industria de los restaurantes, jardineros.
Es decir, los inmigrantes son parte del tejido económico y social de toda comunidad, de toda vecindad aquí en Los Ángeles. Sin los migrantes esta ciudad no se mueve. Este país no se mueve.

AMY GOODMAN: Se ha reportado que hasta 400 personas, principalmente inmigrantes, han sido detenidas en la última semana, ¿puede confirmar esta cifra? ¿Sabe a dónde los están llevando?

PABLO ALVARADO: No sabemos a dónde están siendo llevados los migrantes que están siendo arrestados, que están siendo detenidos, literalmente desaparecidos, porque sus familias no los pueden encontrar. Nosotros… nuestro trabajo es ayudar a saber dónde encontramos a los familiares, pero cada vez se pone mucho más difícil. Incluso los mueven de una ciudad a otra. Hemos tenido reportes de que los han tenido en sótanos, en lugares muy fríos, donde no les han dado alimentos, no les han dado las cosas necesarias incluso para el aseo personal.

Entonces hemos escuchado tanta historia de crueldad y de deshumanización que da mucho enojo, mucha rabia y mucha tristeza lo que está pasando. Pero también, al mismo tiempo, nosotros los migrantes somos personas que a pesar de las circunstancias seguimos adelante y a los que no se los han llevado están saliendo a protestar y los que tienen el privilegio de salir [a protestar] y no tienen el problema de que los van a arrestar y los van a detener y los van a deportar, están saliendo a la calle, y no nada más familias migrantes, sino muchos estadounidenses que no están de acuerdo en ver gente enmascarada con fusiles de asalto que vienen a las vecindades a arrancar, básicamente, hijos de los brazos de sus mamás y de sus papás. No están de acuerdo con eso. Y la razón por la cual no están de acuerdo es porque estas son las personas a quienes muchas familias estadounidenses les dan las llaves para que entren en sus hogares a limpiárselo, para que entren a cuidarle a los niños, para que entren a cuidarle a sus ancianos.

Entonces, esas son las personas que ahora están saliendo [a protestar]. Estuve muy sorprendido aquí en Pasadena porque se están quedando… [los agentes federales] se estaban quedando en un hotel y la gente salió y les dijo: “Eso es inaceptable aquí en esta ciudad”. Donde quiera que están yendo, ha habido protestas. Nosotros hemos hecho un llamado a que la gente siga saliendo a las calles a protestar de una manera pacífica.

Sabemos que quien está perpetrando la violencia son los agentes federales. Porque están acusando a los que están protestando de ser violentos y la gente simplemente está reaccionando a la presencia dura, a la presencia armada, militar, de los agentes federales. Nosotros le pedimos a la comunidad que salga [a protestar] porque es lo único que nos queda a los migrantes, porque nos han fallado los políticos, nos han fallado las cortes y hasta cierto punto nos han fallado los medios de comunicación tradicionales, que no le han puesto un rostro público al migrante y han repetido esa descripción grosera y grotesca que hace este presidente sobre nosotros los migrantes.

AMY GOODMAN: Pablo Alvarado, según el Wall Street Journal el mes pasado, el jefe adjunto de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, recomendó durante una reunión en la sede del Servicio de Inmigración que los agentes deben ir a tiendas como Home Depot o 711 para detener y deportar a los jornaleros. Es decir, ¿de qué otra forma se podría llegar a la cifra de 3.000 inmigrantes detenidos al día, que al parecer es el objetivo que han establecido Miller y Trump? Háblenos del énfasis en estos lugares donde los jornaleros buscan trabajo, y también, si puede hablar de uno en concreto, el Centro de Empleo de Pasadena, donde usted se encuentra, que ayuda a conectar a empleadores con jornaleros, por lo que tanto empleadores como jornaleros dependen del centro, y cómo se convirtió también en un recurso tan crucial durante los incendios de Eaton, Pasadena y Altadena, me refiero a los inmigrantes que se enfrentan al fuego y ahora al ICE.

PABLO ALVARADO: Los migrantes, los trabajadores migrantes y trabajadores de bajos ingresos, los jornaleros y las jornaleras son parte integral de las comunidades donde vivimos. Entonces aquí en Altadena y en Pasadena, nosotros operamos un centro de trabajadores. Nosotros no andamos pidiendo documentos a nadie. No sabemos quién es o quién no es indocumentado. Vienen, y si hay un empleador que está listo y preparado para contratar a un trabajador, ellos hacen su negociación y se van a trabajar.

Cuando comenzaron los fuegos, cuando se terminó el viento y aunque los fuegos continuaban, tuvimos una asamblea de trabajadores y le preguntamos a los trabajadores, porque muchos estaban viniendo y diciendo: “Se nos quemó nuestro apartamento. No nada más ahora no tenemos trabajo porque… no tenemos vivienda porque se nos quemó, pero no tenemos trabajo porque la vivienda que a la que le daba mantenimiento también se quemó.

Y así es como estamos de relacionados, así es como somos parte de esta comunidad. Entonces, los trabajadores dijeron:” Pero tenemos un set de habilidades que vamos a poner… y también herramientas, tenemos motosierras”. Y crearon una brigada de servicio comunitario. Y fueron las personas que removieron más de 3.200 toneladas de árboles que se habían caído por toda la ciudad de Altadena y Pasadena en los lugares que estaban adyacentes a los fuegos. Y no nada más eso.

El Centro de trabajadores se convirtió en un centro de acopio y fueron los mismos jornaleros quienes estaban entregando a personas que venían —eso nunca lo había visto— a personas que venían en sus BMW, en sus Lexus, en sus carros muy bonitos, nuevos, eran los jornaleros quienes estaban dando productos frescos y estaban dando artículos de primera necesidad porque la gente se quedó sin nada.

El fuego no discriminó, le quemó la casa al rico y le quemó la casa al pobre. De modo que la operación de ayuda que hicieron los inmigrantes a los ciudadanos estadounidenses, a todos los residentes estadounidenses, fue una ayuda crucial. Son los que en inglés le llaman “second responder”, porque las autoridades fueron rebasadas por este desastre colosal que tuvimos aquí en nuestra en nuestra ciudad y, cuando eso sucedió, la comunidad dijo: “Vamos a contribuir”.

Y en nuestro centro, en un período de tres semanas, pasaron más de 12.000 personas voluntarias que vinieron a ayudar a limpiar esta ciudad de Pasadena y Altadena. Ese es el rol que juegan los migrantes y de hecho es imposible reconstruir todas las áreas devastadas por el fuego sin la mano de obra migrante. El 40% de la mano de obra en el área de la construcción es mano de obra a migrante, con documentos o sin documentos, eso significa que es imposible reconstruir Los Ángeles sin esa mano de obra. Y esa es una de las hipocresías más grandes [contra la] que estamos luchando en este país que está dispuesto a aceptar la labor del migrante, la mano de obra del migrante, pero no está dispuesto a respetarlo y a reconocer su humanidad, y eso es parte contra lo que estamos luchando. Cuando vienen hombres armados hasta los dientes con sus máscaras, la idea es que están persiguiendo personas malas y ese es el estigma que nos quieren dar. Pero los migrantes somos totalmente distintos y por eso muchos jóvenes de 16, 17, 18 años están saliendo a la calle a protestar pacíficamente, ordenadamente, porque la descripción que ha hecho esta administración de sus padres y de sus madres no es la descripción correcta.

Lo que los muchachos ven es a la persona que se levanta todos los días a las 5 de la mañana para ir a trabajar duro y poder proveer un techo, proveer comida y vestido. Eso es lo que ven los muchachos, y por eso es que hay una indignación. Por eso es que hay un enojo, que es justificable. Lo que nosotros si quisiéramos hacer es un llamado de que no respondamos de la misma manera como nuestros adversarios están haciéndolo, que respondamos pacíficamente. Nos podemos expresar pacíficamente.

AMY GOODMAN: Pablo, usted ha estado organizando jornaleros durante más de 20 años. Y ahora vemos esta represión sin precedentes. El porcentaje de latinos en Paramount, el primer lugar donde el Gobierno de Trump llevó a cabo redadas, creo que es del 82%. Y el porcentaje de trabajadores de la construcción en todo Los Ángeles que son latinos es de, ¿cuánto?, ¿un 40%?

PABLO ALVARADO: Un 40% de la mano de obra en el sector de la construcción es mano de obra migrante. La mayoría, latina, documentada e indocumentada. Obviamente, si usted va a las áreas que están siendo limpiadas por trabajadores, el 90% de las personas que ve aquí en Altadena que están removiendo los escombro, el 90% son latinos. Entonces somos parte. Es decir, hay un millón de inmigrantes en la ciudad de Los Ángeles.

Es una ciudad de migrantes. Y el hecho de que estén atacando la… que sea la primera ciudad donde están de alguna manera ejecutando al pie de la letra las órdenes que les dio a Steven Miller, para nosotros lo vemos como un experimento, y de aquí va a ir a otros lugares y lo que estamos enfrentando es cada vez un autoritarismo… estamos cayendo en una sociedad fascista y nosotros como migrantes… yo soy salvadoreño y vengo de una sociedad que ha sido autoritaria, militarizada y les estamos advirtiendo a los estadounidenses de lo que viene, porque nosotros hemos vivido las dictaduras, hemos vivido el autoritarismo. y lo que viene para los estadounidenses… si ellos creen que nada más es en contra de los migrantes, están equivocados.

AMY GOODMAN: Siguiendo con el tema de El Salvador, donde usted nació, de donde su familia huyó por las amenazas de muerte, donde el presidente es un aliado de Trump a quien el presidente de Estados Unidos está pagando millones de dólares para que mantenga encarcelada a la gente que él deporta, y cientos de ellos siguen en CECOT, la cárcel de máxima seguridad a las afueras de San Salvador. ¿Puede hablar de ser testigo de cómo los inmigrantes son enviados allí y de lo que significa para el presidente Trump desplegar a la Guardia Nacional y a los marines? Uno ni siquiera sabe si estas personas están siendo enviadas a esa prisión en un país del que usted tuvo que huir.

PABLO ALVARADO: Su pregunta, Amy, me hace recordar el tema de las pandillas y cómo surgieron. Realmente las pandillas surgieron en los Estados Unidos y fueron exportadas hacia El Salvador a través de las deportaciones y, eventualmente, se creó una economía pandilleril en El Salvador, que estaba causando daño a la población. Vino el presidente que está ahora en el poder, el presidente Bukele, y básicamente se ha tomado todos los poderes del Estado: las Cortes, el Congreso y obviamente el Poder Ejecutivo están en sus manos.

Él es el que dicta, el que gobierna por decreto en El Salvador. Entonces, ha encarcelado a más de 85.000 personas y muchas de ellas no han tenido un proceso debido. Él dice que hay un estado de excepción. Entonces, lo que es lo que eso significa, el estado de excepción, es que nadie tiene derechos. Hay una suspensión del proceso debido, de todos los derechos constitucionales que una persona goza, que ahorita en El Salvador nadie los tiene.

Entonces parece ser como que hay un círculo que es un círculo vicioso acá. Los Estados Unidos exporta las pandillas de El Salvador y parece hoy que el presidente Donald Trump quiere importar de El Salvador ese estado de excepción, y lo que ese estado de excepción significa es que nadie tiene derechos. Y CECOT es una prisión que es un hoyo negro, donde ni las leyes salvadoreña ni las leyes internacionales aplican. La gente que entra a CECOT, la expectativa de muchos de sus familiares que no lo van a ver jamás.

Y de hecho nosotros no estamos abogando obviamente por personas que han cometido delitos, creemos que debe de haber un proceso debido y que la presunción de ser inocente se mantenga hasta que se pruebe que la gente es culpable. Y si es culpable, pues tiene que cumplir y pagar a la sociedad cualquier cosa que haya hecho.

Eso lo entendemos, lo tenemos bien claro, pero no estamos de acuerdo que no se dé un proceso debido y que hayan miles y miles de personas que han estado encarceladas por muchos años sin que les hayan presentado cargos, sin que hayan tenido un proceso debido. De hecho, a muchos ya les dieron la carta de libertad, pero todavía siguen presos.

Vamos a ver, ojalá que no se siga repitiendo, como el caso de Kilmar Abrego García, a quien esta administración ha pintado como lo peor de lo peor, que lo mandaron para El Salvador. Afortunadamente pudo regresar, aunque esté enfrentando cargos diferentes, pero nosotros temíamos por su vida, porque en el lugar donde lo estaban poniendo, en el CECOT estaban las personas que estaban tratando de reclutarlo para que fuera parte de las pandillas cuando él era pequeño. Entonces no queremos que este tipo de ciclos y de tácticas de las personas que tienen inclinaciones dictatoriales y autoritarias sean compartidas. Entonces. Pero esta es la relación que hay entre los Estados Unidos y El Salvador.

AMY GOODMAN: El martes, el presidente Trump habló en la base Fort Bragg y comparó las protestas en Los Ángeles con una “invasión extranjera”, mientras crecen los temores de que el mandatario podría invocar pronto la Ley de Insurrección. También llamó “animales” a los manifestantes. Escuchemos.

PRESIDENTE DONALD TRUMP: Son animales. Llevan con orgullo las banderas de otros países, pero no llevan la bandera estadounidense, solo la queman. ¿Vieron todas esas banderas quemadas? No las estaban quemando personas de nuestro país o personas que aman a nuestro país. Las personas que queman la bandera estadounidense deberían ir a la cárcel por un año. Eso es lo que debería sucederles. Un año. Vamos a ver si podemos hacer eso. Vamos a tratar de hacerlo. Estamos trabajando con algunos de sus senadores.

AMY GOODMAN: Ese era el presidente Trump dirigiéndose a las tropas en la base Fort Bragg. Trump habló de una invasión, habló de personas que portaban banderas de otros países y prácticamente llamó “animales” a los manifestantes. Pablo Alvarado, ¿cómo responde a esto?

PABLO ALVARADO: Bueno, el presidente está totalmente equivocado. No es la primera vez que llama a los inmigrantes “animales” y a las personas que protestan “animales”. Se ha referido a sus adversarios políticos como ratas. Ha usado ese tipo de lenguaje que ha causado tanto daño a través de la historia. Entonces, no me sorprende que le esté diciendo esto, Nomás quiero que el público sepa que el 90% de las protestas en Los Ángeles, por todo el estado, por todo el sur de California, han sido protestas pacíficas. Hay personas provocadoras que no sabemos ni quiénes son. Perfectamente podrían ser personas que pertenecen a sus seguidores, a sus seguidores de MAGA. Puede ser que también sean oficiales o agentes escondidos, infiltrados. Nadie sabe. Lo que si queremos que la gente sepa es en la mayor parte, el 90%, han sido altamente pacíficas las protestas. Y quiero aclarar de que el rol de una protesta es no nada más denunciar la injusticia y a los que cometen la injusticia, sino también es elevar, es visibilizar la crueldad, toda la crueldad y el sufrimiento.

AMY GOODMAN: Pablo Alvarado, codirector ejecutivo de la Red Nacional de Organización de Jornaleros, NDLON. Habló con nosotros desde Pasadena, California. Esto es Democracy Now! Democracynow.org. Para ver nuestra entrevista en inglés sobre los temas que discutimos aquí y demás, visite democracynow.org. Soy Amy Goodman. Gracias por acompañarnos.

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