Titulares21 de junio de 2016

El Senado no aprobó ninguna de las cuatro medidas destinadas a restringir el acceso a las armas, tan solo ocho días después de que un hombre armado masacrara a 49 personas en un club nocturno gay en Orlando, Florida. Mientras que los familiares de las víctimas de la violencia armada observaban desde una de las recamaras del Senado, los legisladores votaron en contra de las medidas para impedir la compra de armas de fuego a personas que integran la lista de vigilancia federal por terrorismo y para acabar con las lagunas jurídicas en la verificación de antecedentes. Chris Murphy, el senador demócrata de Connecticut que efectuó una maniobra obstruccionista de 15 horas la semana pasada para exigir una reforma en la legislación en torno a las armas a raíz de la matanza de Orlando, denunció la inacción.

Chris Murphy expresó: “Creo que por todos los daños psicológicos producto de la pérdida de un ser querido o un vecino, se acumula aun más daño cuando uno se entera de que a la gente que eligió para llevar adelante su país simplemente no le importa. Duele terriblemente perder a alguien, pero es aun peor cuando tus líderes se quedan en silencio, en total silencio, ante tu horror personal”.

Ninguna de las cuatro medidas que fueron rechazadas hubiera restablecido la prohibición de armas de asalto. Una de las dos armas usadas por el atacante de Orlando, Omar Mateen, era un rifle de asalto semiautomático AR-15, el mismo tipo de arma que fue usado en la masacre de San Berandino, California, en el teatro de cine en Aurora, Colorado; y en la escuela elemental Sandy Hook en Newtown, Connecticut.

El FBI publicó transcripciones parciales de las conversaciones entre el tirador de Orlando y las autoridades durante el ataque. Las transcripciones muestran a Omar Mateen jurando su lealtad al autoproclamado Estado Islámico (ISIS) y solicitando que Estados Unidos ponga fin al bombardeo en Irak y Siria. El FBI censuró inicialmente el nombre de ISIS y su líder Abu Bakr al-Baghdadi, con el argumento de que “no quería facilitarle al asesino u organizaciones terroristas una plataforma de publicidad para la propaganda de odio”. No obstante, los nombres fueron agregados a la transcripción tras una protesta pública.

El presunto candidato presidencial republicano Donald Trump despidió a su jefe de campaña y está ingresando en la campaña para las elecciones generales con lo que The New York Times llama “la peor desventaja financiera y organizativa entre los candidatos de los principales partidos en la historia reciente”. A principios de este mes, Trump tenía solo 1.300.000 dólares en efectivo, más de 41 millones menos que la candidata demócrata Hillary Clinton. Clinton tiene casi 700 empleados, mientras que Trump tiene cerca de 70. Desde mayo, cuando Trump se aseguró los delegados necesarios para su nominación, su campaña no emitió ni un solo anuncio de televisión ni reservó ningún tipo de publicidad para el verano o el otoño. Clinton y sus seguidores han gastado casi 26 millones de dólares en publicidad solo durante este mes.

El jefe de campaña de Trump, Corey Lewandowski, fue despedido el lunes en medio de informes sobre tensiones con la familia de Trump y de preocupaciones de si podría llevar adelante una campaña competitiva. Lewandowski fue acusado de agresión en marzo, luego de que imágenes captadas por las cámaras de vigilancia lo mostraran sujetando a la periodista Michelle Fields, quien afirmó que le había dejado moretones en el brazo. Los cargos fueron retirados más tarde. Lewandowski habló tras la noticia de su partida el lunes.

Lewandowski enunció: “Creo que saben lo que ha sido claro desde el primer momento: que mi estrategia ha sido, con cierto nivel de éxito, ‘dejar a Trump ser Trump’, y de esa manera logramos obtener una persona que ha cambiado completamente, para mejor, la forma en que se ve la política en este país. Se obtiene una persona pura sangre como Donald Trump, que ha tenido su corazón y su mano en el pulso del pueblo estadounidense desde hace mucho tiempo. Para que lo sepan, me gusta decir que soy una persona que pudo ayudar a implementar algunas de sus ideas”.

Trump se alejó también de otro de sus empleados de alto nivel el lunes. Tras la noticia de la destitución de Lewandowski, Michael Caputo, quien iba a desempeñarse como director de comunicaciones de la campaña en la convención republicana, publicó en Twitter: “Ding dong, la bruja ha muerto”. Caputo renunció más tarde y reconoció: “En retrospectiva, [reconozco que] fue una reacción demasiado exuberante ante este cambio en el personal”.

Apple es la empresa que más recientemente se distanció de Donald Trump. Afirmó que no otorgará financiación ni recursos para la convención republicana que se celebrará en julio, debido a los comentarios de Trump sobre los musulmanes, los inmigrantes y las mujeres. Entre las otras empresas que le han limitado o retirado su apoyo se encuentran HP, Coca-Cola y Microsoft.

Un hombre británico fue arrestado por intentar quitarle la pistola a un oficial de policía durante un acto político de Trump, con el fin de dispararle al candidato. Michael Steven Sandford fue arrestado el sábado en un acto político en Las Vegas, y más tarde le dijo a la policía que quería “matar a Trump”. Había practicado en un campo de tiro por primera vez el día anterior.

Trump, por su parte, se retractó de su declaración de que las víctimas de la masacre en Orlando deberían haber tenido armas de fuego. Un día después del ataque, Trump le había dicho al locutor de radio Howie Carr: “Es una lástima que algunos de los jóvenes que fueron asesinados el fin de semana no tuvieran armas, ya sabes, portadas en sus caderas… Si las balas hubieran volado en la dirección opuesta… habría sido un asunto muy diferente”. Incluso los funcionarios de la Asociación Nacional del Rifle se distanciaron de las declaraciones de Trump; el lobbista Chris Cox dijo a ABC: “Nadie piensa que la gente deba ir a un club nocturno a beber portando armas de fuego”. El lunes, Trump publicó en Twitter que “obviamente hablaba de guardias o empleados adicionales”.

Los ataques contra mezquitas en Estados Unidos alcanzaron una cifra récord. El Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses (CAIR, por su sigla en inglés) y la Universidad de California en Berkeley registraron 78 ataques contra mezquitas el año pasado, la mayor cifra desde el inicio del monitoreo en 2009. Corey Saylor, del CAIR, se refirió a los hallazgos.

Corey Saylor dijo: “La última vez que tuvimos un ciclo realmente intenso de incidentes contra las mezquitas fue en 2010, durante la polémica generada a nivel nacional en relación a Park 51, la mezquita de la Zona Cero. En aquel entonces las medidas se caracterizaron por intentos de impedir la construcción y expansión de mezquitas, lo que llamamos incidentes relacionados con el reglamento de zonificación . En esta oportunidad, el tenor de los ataques es mucho más violento y hemos observado muchos actos de intimidación contra las mezquitas. De los 78 incidentes, 34 tuvieron lugar en noviembre y diciembre del año pasado, por lo que muchos de nosotros consideramos que se trata de uno de los peores períodos de sentimiento antiislámico”.

Tres comandantes de policía de la ciudad de Nueva York y un empresario fueron arrestados por cargos de corrupción vinculados con una investigación en torno a la campaña de recaudación de fondos del alcalde Bill de Blasio. El subjefe Michael Harrington y el subinspector James Grant fueron acusados de aceptar presentes generosos a cambio de favores políticos. El fiscal de Manhattan Preet Bharara sostuvo que los cargos que se imputan al sargento David Villanueva se relacionan con un plan que involucra la concesión de licencias para portar armas de fuego.

Preet Bharara afirmó: “David Villanueva, sargento del Departamento de Policía de Nueva York y supervisor de la División de Licencias, se encuentra acusado de haber aceptado sobornos durante años de parte de Alex Lichtenstein, un conocido expedidor, a cambio de tramitar la aceptación de solicitudes de licencias para armas de fuego. Lichtenstein cobró a los clientes que querían licencias para armas de fuego más de 18.000 dólares y a cambio entregó a Villanueva miles de dólares”.

Al sureste de Estados Unidos, el calor récord registrado causó la muerte de al menos cuatro personas y provocó más de una docena de incendios forestales. En Los Ángeles, miles de personas se quedaron sin electricidad el lunes cuando los equipos de aire acondicionado provocaron la sobrecarga de la red eléctrica. En las afueras de la ciudad, dos incendios forestales devoraron al menos 1.800 hectáreas en las montañas de San Gabriel, lo que obligó a evacuar a al menos 750 personas. En Phoenix, Arizona, hubo casi 48 º Celsius el domingo, temperatura récord registrada en un día. El mes pasado fue el mayo más caluroso desde que se tienen registros y se convirtió en el decimotercer mes consecutivo en romper récords de temperatura, en el marco del cambio climático provocado por la actividad humana.

Funcionarios federales y funcionarios del estado de Mississippi cerraron la investigación en torno al asesinato de tres voluntarios en defensa de los derechos civiles cometido en 1964 por el Ku Klux Klan, incidente del que hoy se cumplen 52 años. James Chaney, Andrew Goodman y Mickey Schwerner habían viajado a Mississippi para registrar votantes negros y desaparecieron mientras investigaban el incendio de una iglesia de una congregación de afroestadounidenses. Sus cuerpos fueron hallados más de 40 días después, en un terraplén. Si bien varias personas fueron condenadas por violaciones de los derechos civiles en 1967, pasaron más de 40 años antes de que el principal perpetrador de los asesinatos fuera llevado ante la justicia; Edgar Ray Killen, el único sospechoso que fue juzgado por asesinato en la causa, fue condenado en 2005 y cumple actualmente una sentencia de 60 años. Un informe del Departamento de Estado emitido el lunes nombra a otros dos hombres que también podrían ser culpables de los asesinatos; sin embargo, el estado afirma que las pruebas se han “degradado por la memoria” y que el caso ha sido cerrado.

La Corte Suprema determinó que, en algunos casos, las pruebas de un delito pueden ser utilizadas a pesar de que la policía las haya obtenido de manera ilegal. Aunque el fallo, que contó con cinco votos a favor y tres en contra, constituye un duro golpe a los derechos civiles y favorece las facultades de la policía, probablemente sea más recordado por el profundo desacuerdo manifestado por la jueza Sonia Sotomayor, la primera jueza de la Corte de origen latino. En un fallo en el que citó a Michelle Alexander, James Baldwin y Ta-Nehisi Coates, Sotomayor redactó: “No es secreto que las personas de color son víctimas en cantidad desproporcionada” de los registros de la policía. Sotomayor concluyó sus alegatos expresando: “Al legitimar la conducta que produce esta doble conciencia, este caso les transmite a todos, blancos y negros, culpables e inocentes, el mensaje de que un agente puede verificar su estatus legal en todo momento. Transmite que su cuerpo puede estar sujeto a ser invadido mientras que los tribunales excusan la violación de sus derechos. Esto implica que uno no es ciudadano de una democracia, sino que está sujeto a un estado carcelario, que solo espera ser catalogado. No debemos pretender que el sinnúmero de personas que en forma rutinaria están en la mira de la policía sean ‘casos aislados’. Ellos son los canarios en una mina de carbón cuya muerte, civil y literalmente hablando, nos advierte que nadie puede respirar en esa atmósfera. Ellos son los que reconocen que las detenciones erróneas de la policía perjudican nuestras libertades civiles y amenazan nuestras vidas. Hasta que sus voces también importen, nuestro sistema de justicia continuará siendo todo menos eso. Estoy en desacuerdo”. Fueron palabras de la jueza Sonia Sotomayor.