En Columbus, Ohio, más de cien personas se congregaron en una vigilia para llorar la muerte de Tyre King, un afroestadounidense de 13 años de edad que murió en la noche del jueves por los disparos de un oficial de policía blanco, después de que este confundiera la pistola de perdigones del niño con un arma real. King era un estudiante de octavo grado que jugaba al fútbol americano y estaba en el programa de jóvenes académicos en su escuela. La policía afirma que le disparó después de que los oficiales lo persiguieran, ya que estaban respondiendo a una llamada del número de emergencias 911 en la que un hombre que afirmaba que le habían robado diez dólares. La policía sostiene que King sacó la pistola de perdigones de su cintura antes de que le dispararan. Estas son declaraciones de un testigo del tiroteo.
Un testigo declaró: “Miramos por la ventana para ver lo que estaba pasando, vimos a un oficial que corría detrás de alguien por este lado hacia la izquierda, y escuchamos disparos unos cinco o diez segundos después”.
Tyre King es la segunda persona más joven asesinada por la policía este año. Su muerte recuerda la de Tamir Rice, de 12 años de edad, quien fue baleado por dos oficiales de policía en noviembre de 2014 mientras jugaba con una pistola de balines de juguete en Cleveland, Ohio. En la vigilia que tuvo lugar la noche del jueves, los presentes lamentaron las constantes masacres de afroestadounidenses por parte de la policía.
Amber Evans expresó: “De esto es que la gente está cansada y harta. Está cansada y harta de que la justicia esté reservada solo para unos pocos, no para las comunidades de color. Está cansada y harta de no sentirse segura”.
El asesinato policial de Tyre King es el número 761 que se registra en Estados Unidos este año, según una investigación en curso de The Guardian.
Inicio