El Tribunal Constitucional de Corea del Sur destituyó a la presidenta Park Geun-hye el viernes, por acusaciones de soborno y corrupción. El fallo unánime le retira la inmunidad a Park, por lo que podría enfrentar cargos penales. El poder de Park se había reducido en gran medida en diciembre, cuando el Parlamento de Corea del Sur votó de forma aplastante a favor de someterla a juicio político. El viernes, miles de seguidores de Park intentaron abrirse paso a través de las barreras policiales frente al tribunal, en la capital, Seúl. Al menos dos personas fallecieron como resultado de la violencia. El primer ministro de Corea del Sur, y presidente interino, Hwang Kyo-ahn, apeló a la calma.
El presidente interino Hwang Kyo-ahn afirmó: “Para evitar que se intensifiquen los conflictos internos, deberíamos apelar al orden social y mantener un gobierno estable, con el fin de apaciguar la ansiedad a nivel nacional y la preocupación de la comunidad internacional”.
En 60 días se realizará una nueva elección. El partido conservador de Park parece encaminado a una derrota, y su caída del poder podría significar que el próximo líder de Corea del Sur asuma un enfoque más conciliatorio respecto de Corea del Norte. Esta difícil situación tiene lugar solo unos días después de que Corea del Norte lanzara varios misiles balísticos de prueba y que el gobierno de Trump comenzara a desplegar un sistema de defensa con misiles en Corea del Sur. Los funcionarios chinos advierten que Estados Unidos está intensificando una carrera armamentista en la región.