Petro Metro: un tour tóxico por las refinerías y los sitios de Houston que se limpiarán con fondos federales, tras el paso de Harvey

Reportaje05 de septiembre de 2017

En Texas, la devastación provocada por el huracán Harvey continúa. Al menos 63 personas murieron, se perdieron más de cuarenta mil hogares y al menos un millón de autos fueron destruidos. Mientras tanto, el impacto ambiental a largo plazo de la tormenta recién se empieza a sentir. El Centro para la Diversidad Biológica informa que las refinerías de petróleo y las plantas químicas inundadas emitieron unas 2500 toneladas de contaminantes tóxicos al aire durante la tormenta. El viernes a la noche, se desató otro gran incendio en la planta química Arkema, ubicada en Crosby, Texas. Luego, el domingo, las autoridades prendieron fuego a seis contenedores restantes de químicos; la medida fue descrita como una quema controlada. La empresa sigue rehusándose a informarles a los residentes locales qué productos químicos se quemaron en el sitio. Para saber más de este tema, puede ver el tour tóxico que hacen Amy Goodman, Renée Feltz y Hany Massoud de Democracy Now! por las comunidades ubicadas en los bordes de Houston. El guía del tour fue Bryan Parras, organizador del movimiento por una justicia ambiental.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Vamos ahora a Texas, donde el número de muertes causadas por el huracán Harvey sigue creciendo. Al menos 63 personas han muerto en inundaciones sin precedentes. El daño causado por la tormenta es impactante. Se han perdido más de 40.000 hogares y hay al menos un millón de autos destruidos. Pero además, la tormenta tiene un impacto ambiental a largo plazo que recién está empezando a sentirse. El Centro para la Diversidad Biológica afirma que durante la tormenta se dispersaron en el aire unas 2500 toneladas de contaminantes tóxicos de las refinerías de petróleo y las plantas químicas inundadas. El viernes por la noche se produjo otro gran incendio en la fábrica química de Arkema en Crosby, Texas. El domingo, las autoridades prendieron fuego a seis contenedores con productos químicos que quedaban allí, lo que se describió como un incendio controlado. La empresa aún se niega a informar a la población local acerca de cuáles son productos químicos que se quemaron en el incendio.

Bueno, Democracy Now! estuvo en Texas el fin de semana. Fui con Renée Feltz y Hany Massoud, del equipo de Democracy Now!, ambos originarios de Houston. Fuimos para poder ver más de cerca el impacto ambiental y de salud pública del huracán Harvey y las inundaciones que provocó. Houston es la “Petro Metro”, la metrópolis del petróleo, ya que alberga una cuarta parte de las refinerías petroleras de Estados Unidos; y si le sumamos la Costa del Golfo el porcentaje aumenta a la mitad. Las refinerías más grandes de la región están en manos de empresas como ExxonMobil, Valero y Motiva, de propiedad saudí. Así que este fin de semana realizamos una “gira tóxica”, recorriendo las instalaciones ubicadas a lo largo del Canal de Navegación de Houston, donde las fábricas arrojan toxinas al aire afectando los vecindarios cercanos, en general habitados por comunidades pobres de color. Nuestro guía fue Bryan Parras, encargado de la campaña “Beyond Dirty Fuels” (más alla de los combustibles contaminantes) del Sierra Club, e integrante de la organización Servicios de Defensa de Justicia Ambiental de Texas (t.e.j.a.s, por su sigla en inglés)

Al momento de nuestra visita, el número de personas muertas a causa de Harvey ya había ascendido al menos a 63, incluyendo un primer rescatista voluntario reportado muerto, que además era receptor del programa de Acción Diferida para los Llegdos en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés). Alonso Guillén se hallaba desaparecido desde el miércoles, cuando su embarcación se hundió al golpear un puente. Su cadaver fue encontrado el viernes. Entrevistada por el periódico The Houston Chronicle su madre relató que había intentado cruzar de México a Estados Unidos para enterrar a su hijo pero los agentes de la Patrulla Fronteriza no la dejaron ingresar al país. Ella declaró: “Cuando estamos con Dios, no hay fronteras”.

Nuestra primera parada en la gira tóxica de Houston, fue en un evento de recaudación de fondos para los funerales de cuatro rescatistas voluntarios indocumentados que murieron el lunes pasado, cuando su pequeño barco fue arrastrado por las aguas turbulentas y chocó con cables eléctricos caídos. Los hermanos Yahir Vizueth y Benjamin Vizueth, su tío Gustavo Rodríguez-Hernández y su amigo Jorge Pérez, murieron electrocutados, se electrocutaron al caer al agua. Otro de los hermanos, José, y dos periodistas del periódico British Daily Mail que también estaban en el barco documentando las misiones de rescate, lograron sobrevivir. Todos ellos sufrieron quemaduras graves y se mantuvieron aferrados a los árboles durante unas 18hs hasta ser encontrados al día siguiente. El domingo, en el evento de recaudación de fondos, hablamos con Stepheny Jacquez, una de las familiares.

STEPHENY JACQUEZ: Fue el lunes, alrededor de las 3 pm… bueno, dede esa mañana habían salido a rescatar gente, era un grupo de cinco hombres. Fueron hacia otra parte de la ciudad para ayudar a las familias afectadas. Y bueno, no había suficientes barcos en el agua. Ellos tenían un barco y dijeron: “¿Por qué no? Podemos ayudar. Queremos ayudar. Salvaron a siete personas en total, dos familias. Y luego oyeron que en el lado este de la ciudad, hacia Normandy y Wallisville, las inundacione estaban subiendo terriblemente. Así que dijeron: “Bueno, vamos ahora hacia allá a ver qué podemos hacer y cómo podemos ayudar”. En el camino, al tratar de cruzar un pantano, perdieron control del barco. No estoy segura de lo que sucedió en detalle, pero por lo que hemos oído, perdieron el control, chocaron contra un poste de electricidad y el barco se hundió. Tuvieron que saltar del barco y se electrocutaron al caer al agua. Tres de ellos fueron rescatados al día siguiente, a las 11 de la mañana.

AMY GOODMAN: Y esos tres eran José, el hermano…

STEPHENY JACQUEZ: José Vizueth fue rescatado. También fueron salvados dos reporteros del Daily News, del Reino Unido.

AMY GOODMAN: ¿Daily Mail?

STEPHENY JACQUEZ: Daily Mail. Fueron rescatados. Ellos también estaban en el barco. A lo largo del día siguiente, nos enteramos de que habían encontrado a Yahir, otro de los hermanos, de los tres hermanos que estaban en el barco. Después Jorge también fue encontrado. Y todavía nos faltaban dos. Los terminamos encontrando el jueves. Nosotros mismos, la familia, encaramos el trabajo. Reunimos un grupo de búsqueda. Alrededor de cien personas participaron en la búsqueda. Alrededor de las 3 de la tarde, encontramos a Gustavo detrás de un vecindario. Y continuamos la búsqueda, porque todavía faltaba uno más, que fue encontrado con un barco.

ELIZABETH BARNABY: Hola. Mi nombre es Elizabeth Barnaby. Estos cuatro hombres eran indocumentados. O sea, no tenían papeles. Eso es verdad. Y no les importó. Igual arriesgaron sus vidas. Y salvaron muchas vidas.

RENÉE FELTZ: Bueno, nos vamos a tener que ir del evento y regresar al auto para continuar con nuestra gira tóxica junto a Bryan Parras.

BRYAN PARRAS: Bueno, algunos de nuestros familiares están indocumentados. Y entonces por ahí tenemos miedo de pedir ayuda y que eso nos ponga en evidencia. Y además estamos en Texas. O sea, aquí la gente es muy orgullosa, no le gusta pedir ayuda. Pero la necesitamos. Ahorita, todos necesitamos ayuda. Bueno pues, ahora estamos en el Puerto de Denver, ubicado al norte de Buffalo Bayou.

AMY GOODMAN: Así que desde aquí seguimos nuestra gira, después de conocer esta terrible historia de cuatro jóvenes… cuatro héroes que murieron mientras intentaban salvar gente, te seguimos en esta gira tóxica por Houston.

BRYAN PARRAS: Sí. Bueno, en realidad, esta no suele ser una parada en el recorrido. O sea, creo que esto que vimos es representativo de las cosas tan fuertes que se viven en estos barrios. Estamos yendo por la ruta 610, estamos entrando a la carretera. Nos dirigimos hacia el norte. Y esto que están viendo es Manchester. Aquí comienza la “metrópolis del petróleo”, Amy. Y bueno, así continúa por más de 50 kilómetros, hasta Galveston Bay. Incluso rodea Galveston Bay y la ciudad de Texas y luego sigue hasta Baytown, otra, o sea, se continúa hasta, Port Arthur, Beaumont.

AMY GOODMAN: ¿Puedes contarnos qué ha pasado aquí con la industria petrolera a causa de Harvey?

BRYAN PARRAS: Sí. Muchas de estas fábricas tuvieron que hacer un cierre de emergencia antes de la llegada de la tormenta. Fue una medida preventiva, pero es algo que saben que deben hacer ante la proximidad de un huracán. Y han estado años sin hacer nada, o sea, sin implementar ninguna medida para prevenir la contaminación tóxica que generan los productos químicos que se liberan al cerrar las fábricas en situaciones como esta.

AMY GOODMAN: ¿Esta zona no se inundó?

BRYAN PARRAS: Esta zona, no creo que se haya inundado. Sí, aquí estuvo bien. Pero sí tuvieron que lidiar con el olor de todo lo que se quemó en muchas, muchas refinerías. Y eso fue, o sea, yo lo podía oler incluso a tres kilómetros de aquí. Esto es Westway y estos son tanques de almacenamiento. No se muy bien qué es lo que guardan aquí, ¿saben? Muchas veces es difícil saber qué se hace en estas plantas. Como vimos en el caso de Crosby, a menudo las empresas alegan que existen amenazas terroristas, por lo que es mejor no dar información a la comunidad. Entonces la gente en realidad ni sabe de qué se tratan esas amenazas, pero durante todo el día, bueno, tienen que estar escuchando alarmas y campanas, y cosas que suenan o explotan, que les hacen preocupar. O sea, esto genera estrés y ansiedad extrema. Recién pasamos por una casa completamente rodeada de tanques. Y del otro lado de la calle está el Parque Hartman. Este es el único espacio verde del barrio. Y del otro lado del parque, cruzando la calle, está la refinería de petróleo Valero. Voy a parar aquí. Esta es la casa de unos amigos. La abuela de Yudith Nieto vive aquí. Y durante la tormenta, su tía me estuvo mandando mensajes con mucha preocupación por el impacto que pudiera tener en esta zona la explosión en la planta de Crosby. Y por supuesto, aquí también tuvieron que lidiar con los vapores tóxicos. Así que les prometí que traería unas máscaras.

AMY GOODMAN: El olor es bastante intenso.

BRYAN PARRAS: Sí, esto es… así es todos los días. Y hoy no está tan mal, hay veces que es mucho peor. O sea, es intenso, sí. Por eso decía, Amy, este es el veneno que la gente tiene que respirar a diario.

AMY GOODMAN: ¿Este olor está así en el aire todos los días?

MARIA NIETO: Sí, es muy normal. Últimamente, lo vienen sintiendo más fuerte, con la… lo sienten en la nariz y les hace llorar los ojos. Es bastante común que les suceda eso. En general usan unas máscaras que compran en la tienda, que por ahí no son las más adecuadas para la exposición a este tipo de químicos.

AMY GOODMAN: ¿Les avisaron al cerrar esta planta que eso largaría más toxinas en el aire?

MAURO NIETO: No.

MARIA NIETO: Nadie de las refinerías ni los otros lugares les dijo nada. Se enteraron por la televisión y por sus familiares, que estaban al tanto y les avisaron.

AMY GOODMAN: Bueno, entonces les diste máscaras a los Nieto, que viven detrás de Valero, una enorme planta aquí en Houston.

BRYAN PARRAS: Sí. O sea, es lamentable y muy, muy terrible que las familias que viven aquí tengan que cambiar su forma de vida, que tengan que estar como refugiados en su propia casa, Amy. Que tengan que tener las máscaras siempre a mano y que tan solo respirar les cause reacciones dolorosas, como esa picazón en los ojos y la garganta, los dolores de cabeza. Y eso es algo que se vive todos los días aquí.

RENÉE FELTZ: Vamos a dejar el auto aquí y acercarnos a pie hacia unos hombres que parecen estar trabajando en unas tuberías de combustible que atraviesan un puente.

AMY GOODMAN: Bueno, estamos bajando hacia el lugar donde están arreglando el puente y las tuberías, rodeando estas instalaciones. Hola. ¿Están trabajando en la tubería o en el puente?

TRABAJADOR DE LA TUBERÍA 1: En la tubería.

AMY GOODMAN: En la tubería. ¿La están preparando para conectarla de nuevo?

TRABAJADOR DE LA TUBERÍA 1: Sí, señora.

AMY GOODMAN: ¿Y cómo va el trabajo? ¿Qué tipo de daño tenía?

TRABAJADOR DE LA 1: Sólo daños mínimos, pero no podemos hablar sobre eso.

AMY GOODMAN: ¿Qué pasó? ¿Cuál fue el daño? PIPELINE WORKER 1: Realmente no podemos decir nada. Disculpas. Fue por la tormenta, todo.

AMY GOODMAN: Sí.

TRABAJADOR DE LA TUBERÍA 2: Por el agua de tormenta.

AMY GOODMAN: Entonces, ¿cómo creen ustedes que incide el cambio climático en todo esto?

TRABAJADOR DE LA TUBERÍA 3: En todo lo que sudamos.

TRABAJADOR DE LA TUBERÍA 1: Sí.

AMY GOODMAN: ¿Creen que este sería un buen lugar para empezar a tratar el problema?

TRABAJADOR DE LA TUBERÍA 3: Noo. Guarda tu dinero.

AMY GOODMAN: ¿Ustedes trabajan para Valero?

CONTRATISTA DE ENTERPIPE: No, somos contratistas de Enterpipe y estamos haciendo un trabajo para Enterprise.

AMY GOODMAN: ¿Qué le pasó a la tubería? ¿Qué daño tiene?

ENTERPIPE CONTRATISTA: Oh bueno, es que el agua subió demasiado alto y movió el tubo… sobre esta tubería, la tenemos que acomodar. Se movió todo y estamos tratando de ponerlo de nuevo en su lugar.

AMY GOODMAN: Ah, ¿porque el agua la ha empujado?

CONTRATISTA DE ENTERPIPE: Exacto.

AMY GOODMAN: Ya veo.

CONTRATISTA DE ENTERPIPE: Así es.

AMY GOODMAN: ¿Van a poder reacomodar el tubo… volver a poner en funcionamiento las tuberías pronto?

CONTRATISTA DE ENTREPIPE: Oh, sí, muy pronto, tal vez en una hora o dos. Vamos a estar…

AMY GOODMAN: ¿En una o dos horas?

CONTRATISTA DE ENTERPIPE: En una o dos horas estará todo como antes.

RENÉE FELTZ: Ya vimos que estas plantas y refinerías que nos estás mostrando tuvieron que ser apagada y cerradas, y los peligros que eso implica, pero ahora las están por volver a prender, ¿eso también es peligroso?

BRYAN PARRAS: Sí. Lo mismo que pasó cuando las apagaron va a suceder cuando las pongan en marcha. Y no sé cuánto dura ese proceso de encendido. Pero se pueden dar una idea de todos los líquidos que hay dentro de las tuberías que alimentan esas plantas, o sea, todo eso va a tener que volver a encenderse y va a llevar un buen tiempo para que el sistema funcione correctamente y vuelva, de alguna manera, a la normalidad. Muchas de estas instalaciones están echas para no apagarse nunca. Funcionan sin parar. Y bueno, eso es lo que causa estas combustiones tóxicas y y los problemas… no es que en su funcionamiento normal esto es seguro, no lo es en absoluto. Igual liberan toxinas en el aire. Pero cuando suceden estas situaciones, que se tienen que apagar y cerrar, es aún peor.

AMY GOODMAN: Escuchábamos a Bryan Parras de la campaña sobre combustibles contaminantes del Sierra Club, que fue nuestro guía en la gira tóxica a través del Canal de Navegación de Houston, que continúa en un minuto. [pausa]

AMY GOODMAN: El tema “Texas Flood” interpretado por el músico de blues texano Stevie Ray Vaughan. Seguimos en Democracy Now!, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman. Después del huracán Harvey, salimos a realizar una “gira tóxica” por Houston la metrópolis del petróleo, donde se encuentra una cuarta parte de las refinerías de petróleo de Estados Unidos. Viajé a Houston el fin de semana junto con mis compañeros de Democracy Now! Hany Massoud y Renée Feltz, ambos originarios de Texas. Nuestro guía fue Bryan Parras, encargado de la campaña “Beyond Dirty Fuels” (Más allá de los combustibles contaminantes) del Sierra Club, e integrante de la organización Servicios de Defensa de Justicia Ambiental de Texas (t.e.j.a.s, por su sigla en inglés).

BRYAN PARRAS: Estamos camino a Baytown. En Baytown se encuentra la empresa Exxon, o sea, allí tiene una planta muy, muy vieja. Se trata de la segunda refinería más grande de Exxon. Y se inundó durante la tormenta. Quizás sigue inundada. Todavía no he vuelto por ahí. Hubieron quemas enormes allí, que fueron documentadas por USA Today y también paso eso que comentábamos antes, que se quemaron productos químicos durante el proceso de cierre de la planta.

AMY GOODMAN: ¿Y la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés) dio un aval para quemar todos esos productos, o dio algún tipo de permiso a todas estas empresas para liberar toxinas?

BRYAN PARRAS: Sí. Bueno, regularmente, en una situación normal, tendrían limitado el tiempo de quemas. En este caso, la EPA les dio un permiso especial que las eximía de las sanciones por exceder ese tiempo permitido de quema.

AMY GOODMAN: Estamos viendo una señal que dice “Kinder Morgan. ¡Advertencia! Cruce de gasoducto”.

BRYAN PARRAS: Y bueno, solo 6 metros atrás de esto hay una casa. O sesa, alguien vive aquí mismo.

AMY GOODMAN: No hay mucha regulación en Texas, ¿verdad?

BRYAN PARRAS: A esto se refiere la gente cuando dice que no hay una urbanización zonificada. Estas son las situaciones que se dan a causa de eso. Y veo… acabamos de pasar cerca de nuevas tuberías, lo que me hace pensar que puede haber habido algunas fisuras o fugas, o algo así, porque sino no veo por qué estarían estos tubos aquí. Parece que se dispone a hacer algunos trabajos de reparación aquí, justo en el patio de una casa.

AMY GOODMAN: Estamos parados frente a una planta de la empresa Motiva. Motiva está dirigida por la empresa Aramco de Arabia Saudita. Es la refinería de petróleo más grande del país y está aquí mismo en Houston, Texas. Justo detrás de nosotros hay una señalización de una tubería que dice Energy Transfer Partners. La empresa Energy Transfer Partners construyó el oleoducto Dakota Access. O sea que acabamos de pasar por tuberías o equipos de las empresas Kinder Morgan, Motiva —la mayor refinería de petróleo que hay aquí— y Energy Transfer Partners —responsable del oleoducto Dakota Access— todas ubicadas a poca distancia una de la otra.

BRYAN PARRAS: Esta es la concentración que tenemos aquí.

AMY GOODMAN: Y, por supuesto, directamente al lado de un barrio donde vive gente.

BRYAN PARRAS: Sí, y se trata de otro barrio predominantemente mexicano-estadounidense. Esto es lo que llamamos una comunidad “fenceline”, que está dentro de la zona de riesgo.

AMY GOODMAN: ¿En contraste con las comunidades “frontline” que estarían en la frontera?

BRYAN PARRAS: Sí, en contraste con las “frontline”. Así que… mira, ahí se ve una llama pequeña. O sea, hay una distinción, ¿verdad? Cuando hablamos de “comunidades frontline” estamos hablando, desde luego, de muchísima gente que vive cerca de diferentes tipos de contaminación. Pero una “comunidad fenceline” ya está dentro del perímetro, literalmente rodeada por las instalaciones de las plantas, como podemos ver aquí. Y no es sólo lo que está arriba del suelo; son todas las tuberías que están debajo de la tierra. Y hay estudios que muestran que esas tuberías filtran benceno al suelo. Así que tenemos los tóxicos que llueve desde arriba y también tenemos gases que llegan por abajo. No hay como escapar. Estamos pasando el puente Hartman. Debajo de nosotros está el Canal de Navegación de Houston, que desemboca en Galveston Bay, a nuestra derecha. Y a nuestra izquierda está ExxonMobil, la segunda refinería más grande del país. Y esta es una de las plantas que se inundó. Venimos a ver qué pasa, porque alguien nos dijo que la están volviendo a encender.

AMY GOODMAN: Seguimos en nuestra gira tóxica, rumbo a la refinería de ExxonMobil aquí en Baytown. En el camino, hicimos una parada en la iglesia local, para que Bryan Parras y Cristal Ibarra entregaran algo de comida y ropa. ¿Puede decirnos su nombre y el nombre de la iglesia?

PASTOR CARLOS CABAN: Me llamo Pastor Carlos Caban, de Templo Emanuel, ubicado en la calle Cherry al 1328 en Baytown, Texas. Aquí fuimos bastante afectados. Y bueno… en vez de llorar, estamos ayudando. Igual que ustedes ahora están trayendo ayuda, eso es… así es como funciona, ¿verdad? Y no es fácil. O sea, esta es una comunidad de muy bajos recursos. En muchas casas, el agua estaba hasta aquí, como hasta la luz trasera de su vehículo. Y la gente siguen viviendo allí. Les da miedo de salir y pedir ayuda. Es que…

BRYAN PARRAS: No he visto muchos muebles en las calles.

PASTOR CARLOS CABAN: En este barrio no, porque es una comunidad de bajos recursos. Entonces…

BRYAN PARRAS: Claro, incluso si se les mojaron, no los van a…

PASTOR CARLOS CABAN: Esta mañana vino a una señora al servicio y tuve que decirle, suplicarle “Por favor, déjeme llamar a los rescatistas para que entren a su casa”. Y ella me dijo: “Esto es todo lo que tengo. Si lo tiro todo, ¿cómo viviré?” Le dije: “Bueno, sería mejor que no vivas allí. Vas a tener que elegir entre quedarte allí y, honestamente, morir de cáncer”. Ya sabes, el moho se está volviendo negro.

BRYAN PARRAS: ¿El moho? ¿Ya hay moho?

PASTOR CARLOS CABAN: Sí.

AMY GOODMAN: ¿Por qué tienen miedo de pedir ayuda?

PASTOR CARLOS CABAN: Hay ciertas leyes que se están implementando. Aquí, lo que estamos haciendo es simplemente pedir nombres y direcciones. Y algunas personas piensan que, bueno, que la agendia de inmigración va a acceder a esos datos. Y eso esta… aquí les decimos que este es un lugar de refugio. Este es… esta línea nos divide de la ciudad y nos separa de todo lo demás. Este es un lugar de refugio seguro. Cualquiera puede venir y quedarse aquí.

AMY GOODMAN: Entonces, mucha gente tiene miedo de pedir ayuda o refugio porque temen que se los podría llevar…

PASTOR CARLOS CABAN: El servicio de inmigración. La ley SB4 se está implementando con bastante fuerza aquí. O sea, me he encontrado gente que dice: “No puedo darte mi dirección ni mi número de teléfono”. Pero es para que yo pueda pedir más ayuda, o sea, en general es gente como ustedes, que trae ayuda. Pero luego hay organismos que vienen y piden documentación: “¿A cuántas personas alimentaste?” ó “¿El camión llega a la gente que lo necesita?” Así que este es uno de los grandes problemas que tenemos.

RENÉE FELTZ: ¿Qué hay del otro lado de la calle?

PASTOR CARLOS CABAN: Esa es la entrada de Exxon, la refinería de Exxon. Así que estamos a 6 metros de la refinería. Eso es lo que tenemos en nuestro patio.

AMY GOODMAN: ¿Cómo afecta eso a las personas que viven aquí?

PASTOR CARLOS CABAN: Pues, no sé cómo responder a eso.

AMY GOODMAN: ¿Mucha de la gente que vive aquí trabaja allí?

PASTOR CARLOS CABAN: Sí y no. Sí y no. Muchos de los muchachos que vienen aquí trabajan allí, en la refinería, porque tienen que mantener a las familias, así que… Pero ahora mismo no están trabajando, así que los estamos ayudando. Algunos de ellos… hay un hombre que no está trabajando porque la zona sufrió inundaciones. Y ya sabemos todo lo que eso conlleva. Pero finalmente, bueno, él ya no está trabajando.

AMY GOODMAN: ¿Se les paga cuando no están trabajando?

PASTOR CARLOS CABAN: No, no. Hay muchachos que son contratistas. Como contratistas, no se les paga.

AMY GOODMAN: ¿Qué tienen el aire y el agua aquí?

PASTOR CARLOS CABAN: Bueno, hay productos químicos, diferentes productos químicos. Te daré un ejemplo. Si cruzas la carretera 225, verás ese agua que parece azul, es el agua que salió de la refinería al filtrarse. Y bueno, eso es algo con lo que convivimos aquí.

AMY GOODMAN: ¿Entonces, ahora la refinería no está encendida?

PASTOR CARLOS CABAN: Todavía no. No la han encendido aún. No sé cuándo la volverán a poner en funcionamiento. Pero ahora está totalmente apagada, así que no está funcionando.

RENÉE FELTZ: ¿Puedes decirnos si les explicaron algo al cerrarla? ¿Cómo fue cuando la apagaron? ¿Les dijeron… qué les dijeron?

PASTOR CARLOS CABAN: Oh no, no llamaron a nadie. No dijeron… no dijeron que salgan los voluntarios, ni nada. Sólo la apagaron. Todo lo que podíamos ver es … bueno, aquí mismo, si miras bien, justo detrás de ese árbol hay una llama. Así que estábamos aquí, estábamos buscando… estábamos dando asistencia a la gente, y hasta aquí nos llegaba el impacto de las llamas de lo que estaban quemando.

AMY GOODMAN: ¿Las llama está siempre prendida? O fue…

PASTOR CARLOS CABAN: No, está así desde ayer a la noche, Y sí, bueno, durante el huracán, estuvo así toda la semana, día y noche.

AMY GOODMAN: Entonces, la llama no está prendida todo el tiempo, sino solamente cuando la planta se cierra?

PASTOR CARLOS CABAN: Sí. Bueno, no. No lo se. Cuando algo se altera, sale la llama. Y bueno, para nosotros, o sea, estamos en nuestra comunidad, ¿sabes? ¿A dónde nos vamos a ir?

AMY GOODMAN: ¿Cómo son los índices de cáncer aquí?

PASTOR CARLOS CABAN: Oh, altos. Muy altos. Si te fijas, durante años… si vas derecho por esta calle, cruzando la refinería, allí había viviendas de interés social de la ciudad y se vieron afectados por los gases. Y las eliminaron por completo. Exxon las compró.

AMY GOODMAN: ¿Te preocupa el cambio climático?

PASTOR CARLOS CABAN: Ehh sí y no. Sí y no, en el sentido que es… estamos viendo el impacto en este momento. Todo lo referente al clima y cualquier otra cosa, aquí lo estamos viviendo ahora mismo. Te daré un ejemplo. ¿Cuándo en la historia hemos visto una inundación como ésta? Eso tiene que ver con el cambio climático y con lo que está sucediendo en el mundo. O sea, para mí, haber vivido aquí por tantos años, y ahora de repente, tener una inundación de esta magnitud, o sea, incluso aquí, es insoportable. Es insoportable.

AMY GOODMAN: ¿Qué te hace pensar el hecho de que el presidente de Estados Unidos, el presidente Trump, niegue el cambio climático, que niegue que la industria de combustibles fósiles o la actividad humana tenga incidencia sobre el clima?

PASTOR CARLOS CABAN: Simplemente tenemos que mirar las señales que tenemos, o sea, mirar las consecuencias de lo que hacemos. Sé que nos acabamos de salir de un tratado importante, que es el de cambio climático.

AMY GOODMAN: El Acuerdo de París.

PASTOR CARLOS CABAN: Sí. Yo pienso que fue un gran error para nosotros, como país. Creo que necesitamos reglas. Creo que necesitamos regulaciones.

AMY GOODMAN: ¿Han tenido contacto con Exxon desde que cerraron la planta, desde el huracán?

PASTOR CARLOS CABAN: No, señora. No, señora.

AMY GOODMAN: ¿Y con la FEMA?

PASTOR CARLOS CABAN: No existe la FEMA aquí.

AMY GOODMAN: Es la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias.

PASTOR CARLOS CABAN: No vienen por aquí. Nosotros, como iglesias, como parte de esta ciudad, trabajando con la ciudad, no contamos con nadie.

AMY GOODMAN: ¿Y la Cruz Roja? ¿Han estado aquí?

PASTOR CARLOS CABAN: No. Aquí funcionamos como refugio durante cinco días. Y la ciudad organizó la ayuda junto con los pastores. Nadie más.

AMY GOODMAN: El Presidente Trump está evaluando poner fin al programa de acción diferida para los llegados en la Infancia o DACA y la situación de los DREAMers, si podrán quedarse en el país y trabajar.

PASTOR CARLOS CABAN: Eso sí me afecta, me afecta como iglesia, me afecta… nos afecta a todos. Aquí hay gente que no tiene papeles, pero igual tenemos que protegerla, ¿sabes? Son seres humanos. Sus hijos crecieron con nosotros. ¿Les voy a decir “Fuera de aquí”? O sesa, es difícil. Es duro. Nos hace mal a todos. Daña nuestra economía. A veces pensamos que eso no afecta nuestra economía. Y aquí hay personas que están… que necesitan nuestra ayuda. Y ellos ayudan y trabajan.

AMY GOODMAN: ¿Te sientes olvidado aquí, a la sombra de la segunda refinería más grande del país, a la sombra de la refinería ExxonMobil?

PASTOR CARLOS CABAN: Yo diría que sí. Diría que sí.

AMY GOODMAN: Estamos aquí en la iglesia Emanuel Temple de Baytwon, que da hacia la segunda refinería más grande del país, ExxonMobil, ubicada aquí en Baytown. La gente de aquí, mucha de esta gente, ha perdido todo y aún así está ayudando a otras personas a conseguir ropa o lo que sea que llega en las donaciones. Y ahora vamos a entrar a echar un vistazo. Mucha gente se vino a refugiar aquí. Y ahora el Pastor nos está mostrando una filmación de ExxonMobil. Alguien filmó la planta con drones. ¿Qué estamos viendo?

PASTOR CARLOS CABAN: ¿Ven los diferentes colores de… ven los productos químicos allí?

AMY GOODMAN: Mm-hm.

PASTOR CARLOS CABAN: Esos son los productos químicos.

AMY GOODMAN: Esto es la planta de ExxonMobil bajo el agua.

PASTOR CARLOS CABAN: Sí, sí. Es…

AMY GOODMAN: Y con… así también era el agua que llego hasta aquí…

PASTOR CARLOS CABAN: Sí.

AMY GOODMAN: … e inundó las casas de la gente.

PASTOR CARLOS CABAN: Sería esa misma agua, sí.

AMY GOODMAN: ¿Y las llamaradas?

PASTOR CARLOS CABAN: Oh, salían con todo. Como puedes ver, todavía están saliendo.

AMY GOODMAN: ¿Qué le preocupa de las llamaradas?

PASTOR CARLOS CABAN: El benceno, sabemos que es carcinógeno. Y el benceno está en la… es un aditivo para gasolina y para diesel. Y es un subproducto de la refinería. Así que bueno, es una de las peores cosas que te puedas imaginar.

RENÉE FELTZ: Estamos dejando la iglesia, desde donde podemos ver una llamarada en la distancia, y nos dirigimos hacia la última parada de nuestra gira tóxica. Es un sitio de desechos tóxicos —“Superfund” en inglés— incluído en el programa de compensación ambiental de la EPA, que está ubicado en medio del río San Jacinto.

AMY GOODMAN: Bryan, por qué no nos cuentas qué pasa con este sitio Superfund en el cual nos encontramos, en la costa del río Jacinto, debajo de una pasarela de la carretera. Ni siquiera veo un cartel de “peligro” por aquí.

BRYAN PARRAS: Hay un pequeño cartel aquí.

AMY GOODMAN: Dinos de qué se trata esto. ¿Por qué debería preocuparnose este sitio?

BRYAN PARRAS: Pues bue no, este es uno de los sitios Superfund más peligrosos que hay en el área de Houston. Tiene dioxina, una sustancia muy altamente tóxica. Y es un sitio Superfund que se encuentra bajo el agua. Más o menos donde está ese montón de rocas, en medio del río, ahí cerca es el sitio.

AMY GOODMAN: Explicanos exactamente qué lo que hay en este sitio Superfund. ¿Quién lo construyó? ¿Por qué está aquí? ¿Quién lo limpia? ¿Y qué pasó con él durante la tormenta?

BRYAN PARRAS: Bueno, muchas de esas preguntas sobre lo que está sucediendo, no las… no lo sabemos. O sea, se han escrito varios artículos sobre la ausencia de la EPA aquí, todavía no han venido a hacer pruebas ni nada. Pero bueno, este un viejo sitio de desechos de molinos de papel. Básicamente, arrojaron muchos residuos viejos. Y sabemos que al echan blanqueadores a sus aguas, las fábricas de papel generan una gran cantidad de dioxinas como subproducto de ese proceso. Y es una de las sustancias químicas más desagradables que hay en la Tierra.

AMY GOODMAN: Entonces, aquí esamos viendo unas refinerías de fondo. Después vemos el sitio Superfund; bueno, vemos la superficie del sitio. Y luego vemos estos cilindros, ¿cómo los llamarías? ¿Tanques?

BRYAN PARRAS: Sí, y fíjate que claramente uno de ellos fue golpeado por algo, porque está inclinado, ¿lo ves? Y el otro parece rasgado, como si la capa exterior hubiera sido arrancada.

AMY GOODMAN: Entonces, ¿ha estado aquí la EPA?

BRYAN PARRAS: Que yo sepa, no han venido. O sea, hay un informe que dice que no han estado en ninguno de los basureros… de los sitios Superfund. Que la EPA no ha estado en ninguno de los sitios del programa Superfund. Por su parte, la EPA publicó recientemente sus propios comunicados de prensa diciendo que están monitoreando todos los sitios. Pero que yo sepa… no se de nadie en el territorio que los haya visto. Y esta es una zona donde la gente solía pescar, esquíar, nadar, o sea, incluso con toda la industrialización que la rodea, esta sigue siendo una masa de agua que a la gente le gusta y quiere poder usar. Pero ahora no puedes nadar. No puedes respirar. No se pueden comer los mariscos. Es un páramo.

AMY GOODMAN: Y nos acaban de decir que el humo negro que vemos en el fondo, justo atrás del río San Jacinto, es la planta química Arkema que produce peróxidos orgánicos. Ya hace varios días que han evacuado un área de dos kilómetros y medio. Al parecer, la planta y las autoridades locales han decidido hacer una quema controlada de lo que quedó de la propiedad. No está claro qué productos químicos hay allí, porque la empresa se ha negado a compartir esa información. Aquí acaba nuestra gira tóxica por Houston. Soy Amy Goodman, de Democracy Now! [pausa]

[Pausa]

AMY GOODMAN: Escuchamos “Home at Last” de Steely Dan. Walter Becker, del grupo Steely Dan, murió el domingo a la edad de 67 años.

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