Las tensiones en el norte de Siria se han intensificado abruptamente en medio de una serie de enfrentamientos entre potencias como Israel, Irán, Turquía y el gobierno sirio. El sábado, Israel derribó lo que, según afirma, era un avión no tripulado iraní que había ingresado al espacio aéreo israelí tras ser lanzado en Siria. A continuación, Israel lanzó un ataque contra un centro de comando iraní en Siria, desde donde habría sido lanzado el avión no tripulado. Uno de los aviones militares israelíes F-16 fue derribado por un misil antiaéreo del gobierno sirio. Más adelante, Israel llevó a cabo una serie de ataques de represalia contra objetivos tanto sirios como iraníes en Siria.
El derribo de jet israelí ocurrido el sábado es el primer incidente de este tipo desde la década de 1980. También se cree que es la primera vez que Israel lleva a cabo un ataque en Siria en un lugar con tropas iraníes presentes.
Por otra parte, también en el norte de Siria el sábado pasado, un helicóptero del ejército turco fue derribado por la milicia kurda siria YPG, respaldada por Estados Unidos, cerca de la ciudad siria kurda de Afrin, donde Turquía lleva a cabo una campaña de bombardeos y una ofensiva terrestre. Todo esto se produjo al tiempo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió sobre los altísimos niveles de muertes de civiles en Siria. Estas son declaraciones de la portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Elizabeth Throssell.
Elizabeth Throssell expresó: “Esta ha sido una semana de creciente violencia y derramamiento de sangre en Siria: hubo más de mil bajas civiles en seis días. Hemos recibido informes de que al menos 277 civiles han sido asesinados; 230 de estas personas fueron asesinadas en ataques aéreos del gobierno sirio y sus aliados. Además, 812 personas resultaron heridas”.
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