En Ecuador, decenas de miles de manifestantes están marchando este martes en la capital, Quito, mientras las protestas contra las medidas de austeridad impuestas por el Gobierno entran en su sexto día. Las protestas estallaron después de que el presidente de ese país, Lenín Moreno, pusiera fin a un programa de subsidios a los combustibles de décadas de antigüedad, con lo que aumentó el costo de la energía hasta en un 120%. Las medidas de austeridad se impusieron en cumplimiento con una demanda clave del Fondo Monetario Internacional que forma parte de un acuerdo realizado en febrero por el cual la institución internacional concedió a Ecuador un crédito de 4.200 millones de dólares. Mientras más de 20.000 indígenas se dirigían a Quito el lunes, el presidente Moreno dijo en un discurso a la nación que estaba trasladando temporalmente las operaciones del Gobierno a la sureña ciudad de Guayaquil. Además, acusó a sus rivales políticos de intentar un golpe de Estado y prometió no restablecer los subsidios al combustible. Los grupos sindicales e indígenas que se han unido para protestar dicen que están aumentando sus demandas. Esto fue lo que dijo Nelson Erazo, líder del Frente Popular de trabajadores y estudiantes.
Nelson Erazo exclamó: “Nuestro mensaje al Gobierno federal es el siguiente: esta lucha no es sólo contra las medidas económicas. Es en defensa del agua, en defensa del territorio. Es contra la expansión del petróleo en nuestro país. Es en defensa del medioambiente. Es en defensa de los derechos de los trabajadores, que tienen sed y que son anulados por el Gobierno nacional y el ministro de Trabajo”.
El presidente Moreno ha declarado el estado de emergencia, permitiendo a la policía hacer allanamientos en hogares sin una orden judicial, al tiempo que suspendió el derecho de reunión. Casi 500 personas han sido arrestadas.
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