En Ciudad de México, el presidente boliviano exiliado Evo Morales dijo el miércoles que está dispuesto a regresar a Bolivia para participar en un “diálogo nacional”, después de que los militares lo obligaran a dimitir el domingo, en lo que él describe como un golpe de Estado respaldado por Estados Unidos. Morales culpó a la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington D.C., por su expulsión, diciendo que acusó falsamente a su Gobierno de manipular los votos en las elecciones presidenciales celebradas el mes pasado.
Evo Morales declaró: “La OEA tomó una decisión política, no una técnica ni legal. Esta es una denuncia —ahora me he dado cuenta, por las recomendaciones de algunos hermanos y hermanas de izquierda— de que la OEA no está al servicio de los pueblos de América Latina, y menos de los movimientos sociales. La OEA está al servicio del imperio norteamericano”.