En Siria, al menos 22 civiles murieron el miércoles, cuando fuerzas del gobierno apoyadas por Rusia lanzaron bombas y proyectiles sobre zonas de Idlib, última provincia de Siria bajo control rebelde. El grupo de ayuda conocido como Cascos Blancos sostiene que un misil cargado con bombas de racimo impactó en un campamento de desplazados internos. Entre los heridos se encuentran funcionarios médicos de un hospital maternal.
Por otra parte, Israel lanzó nuevos ataques aéreos la noche del martes en la periferia de la capital de Siria, Damasco. Medios de comunicación estatales de Siria sostienen que dos civiles murieron a causa de los bombardeos, que tenían como objetivo blancos del Ejército sirio y edificios destinados a albergar integrantes de la fuerza iraní Quds. Los ataques reafirman los temores de un conflicto a gran escala entre Irán e Israel.