
La maquinaria de deportaciones masivas del Gobierno de Trump sigue destrozando familias y comunidades, con redadas violentas e indiscriminadas en escuelas, hogares y lugares de trabajo. Las granjas agrícolas son uno de los blancos de esta brutal represión racista, ya que alrededor de dos tercios de los trabajadores agrícolas estadounidenses son inmigrantes, en su mayoría de México. A principios de julio, una redada en una granja en California tuvo consecuencias fatales cuando Jaime Alanís, de 57 años de edad, murió tras caer del techo de un invernadero. Decenas de sus compañeros de trabajo fueron arrestados y trasladados en autobuses a un centro de detención. Gran parte de las y los trabajadores agrícolas perseguidos por el Servicio de Inmigración son miembros de la Unión de Campesinos (UFW), el sindicato de trabajadores agrícolas más antiguo de Estados Unidos. Nos acompaña su presidenta, Teresa Romero, líder sindical de larga trayectoria y tanto la primera latina como la primera inmigrante en dirigir la organización. Romero señala que “los trabajadores agrícolas están aterrorizados” y plantea que “reemplazar a las personas que tienen experiencia, que son profesionales, que vienen trabajando en el sector agrícola, en algunos casos hace décadas, no es la forma de pagarles por su sacrificio y trabajo duro”. Además, destaca que “tarde o temprano, la industria agrícola va a sentir los daños”.
Transcripción
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, Soy Amy Goodman,
con Juan González.
Hoy hablaremos de California, donde un trabajador agrícola murió el fin de semana pasado tras caer del techo de un invernadero durante una redada migratoria. Su nombre era Jaime Alanís y tenía 57 años. Alanís trabajaba en esta granja agrícola en Camarillo desde hacía 10 años y proveía el sustento para su esposa e hija que viven en México. Su sobrina dice que será enterrado en su ciudad natal en Michoacán.
La redada del jueves 10 de julio provocó un enfrentamiento entre manifestantes que defendían a los trabajadores y agentes fronterizos federales, que lanzaron gas lacrimógeno contra una multitud que incluía a menores de edad. Alanís es la primera persona de la que se tiene conocimiento que muere en una redada migratoria en el contexto de las medidas represivas de Trump. Una campaña de recaudación de fondos para su familia ha recolectado más de 150.000 dólares. Más de 360 personas fueron detenidas ese día en dos redadas simultáneas en las ciudades de Camarillo y Carpintería. A medida que las redadas aterrorizan a las comunidades de inmigrantes, la gente también se está organizando y defendiéndose.
Nos acompaña ahora desde el condado de Kern, California, Teresa Romero, veterana líder sindical y primera mujer latina e inmigrante en ser presidenta del sindicato Unión de Campesinos de Estados Unidos.
Bienvenida de nuevo a Democracy Now!, Teresa. Es un placer tenerla con nosotros. ¿Puede hablar sobre este momento de la historia? No sabemos cuántos cientos, o tal vez miles, de trabajadores agrícolas han sido detenidos o, como dice mucha gente, secuestrados. ¿Cuál es la situación en el terreno? El presidente Trump acaba de ordenar la retirada de 2.000 miembros de la Guardia Nacional que estaban desplegados en Los Ángeles, pero mantiene a otros 2.000 allí, sin mencionar a unos 700 infantes de marina también desplegados en la ciudad. Hable sobre esto y sobre cómo se están organizando ustedes.
TERESA ROMERO: Desgraciadamente, la situación en nuestras áreas de agricultura es muy difícil. Los trabajadores del campo que han estado trabajando en agricultura por décadas, poniendo las comidas en nuestras mesas, están siendo intimidados constantemente. Han sido detenidos, como sabemos, la semana pasada, el señor Alanís García falleció como resultado de estas redadas de inmigración. En mi opinión, estas personas que no se identifican, que tienen sus caras cubiertas, que no tienen vehículos que están registrados a alguna agencia o que tienen algún letrero de alguna agencia, lo único que están haciendo es secuestrando a nuestra gente. Los campesinos y campesinas son trabajadores honestos, no son criminales y son la clave de la agricultura en este país.
JUAN GONZÁLEZ: Teresa, quisiera preguntarle acerca de los arrestos de menores. Parece que 14 niños fueron arrestados en estas redadas y los medios de comunicación conservadores como Fox News dicen que lo que está pasando es un tráfico de menores que el Gobierno quiere prevenir o parar. ¿Cuál es su respuesta?
TERESA ROMERO: Desgraciadamente sí detuvieron a algunos menores y nosotros estamos haciendo todo lo posible para encontrarlos y para sacarlos de las agencias de inmigración. Esto es increíble. Lo que no puedo entender yo es cómo arrestaron a los menores, pero no a las personas que los están contratando. Si de veras quieren detener y eliminar este tráfico de menores, ¿por qué nada más arrestaron a los niños? Los niños están ahí. Los niños necesitan muchas veces trabajar si son menores que no tienen padres. Pero ¿por qué ellos fueron los únicos arrestados? No es justo. Son criaturas, son menores. Y la unión está haciendo todo lo posible por encontrarlos y asegurarnos de que sean liberados.
JUAN GONZÁLEZ: Teresa, ¿puede hablar un poco del impacto en la industria en Estados Unidos en términos de los miles y miles de trabajadores que cuando pasan estas redadas, entonces no vienen a trabajar los días después?
TERESA ROMERO: El temor que hay en las áreas de agricultura es increíble. Los adultos, los padres, los trabajadores están aterrorizados, las familias; los niños no quieren ir a la escuela porque no saben si cuando regresen su mamá y su papá van a estar ahí. Entonces, lo que están haciendo los trabajadores y trabajadoras agrícolas es, después, a lo mejor faltan en uno, dos, tres días máximo, al trabajo. Pero debemos recordar que muchos de ellos hacen trabajo temporal. Entonces necesitan trabajar, necesitan mantener a su familia y después de dos o tres días regresan a trabajar aunque están completamente aterrorizados. Y lo único que están haciendo hoy en día en sus vidas es ir a trabajar y regresar a su casa. Es lo único que hacen porque no quieren exponerse.
JUAN GONZÁLEZ: Y la administración de Trump está negociando con los dueños de las fincas a través de Estados Unidos, pero no están incluyendo a su unión o los representantes de los trabajadores en estas discusiones. ¿Puede hablar acerca de eso también?
TERESA ROMERO: Sí. Lo que lo que la administración está haciendo es excluir, como siempre lo han hecho, a los trabajadores, su voz no está siendo escuchada. Lo que quieren hacer es deportar y reemplazar a esta fuerza laboral, que son trabajadores con mucha experiencia, que han hecho el trabajo por décadas de poner comida en nuestra mesa, son profesionales, y los quieren reemplazar con trabajadores bajo el programa H2A. Esos trabajadores son aún más vulnerables, porque están [bajo el] control 100% del empleador. Y quieren deshacerse de las protecciones que actualmente tienen, quieren eliminar el salario mínimo que tienen ahorita. Quieren eliminar que el empleador pague por cosas, por ejemplo, habitación. Ellos vienen aquí por cinco o seis meses, no van a encontrar un lugar donde vivir. Entonces, actualmente este programa requiere que el empleador provea casas para los trabajadores. Quieren eliminar eso. Entonces, quieren traer trabajadores aquí en la esclavitud. Y hay un proyecto de ley que nosotros hemos introducido varias veces que le daría a los trabajadores del campo, si han trabajado en la agricultura y continúan trabajando en la agricultura, un paso a la legalización. Esa es la solución al problema. Es un proyecto de ley que fue negociado por demócratas, republicanos, asociaciones de empleadores y nosotros. Esa es la solución al problema.
AMY GOODMAN: ¿Ese proyecto de ley fue presentado a nivel estatal o nacional?
TERESA ROMERO: Este es un proyecto de ley que se ha introducido tres veces bajo la administración de Trump. Es en el Congreso de los Estados Unidos. Las dos primeras veces puede en su primera administración, donde más de 30 republicanos ambas veces apoyaron este proyecto de ley y ahorita lo hemos introducido aquí otra vez. El problema es que este Congreso no creo que lo va a poner al piso para votar. Yo pienso que si lo hicieran podríamos mover ese proyecto de ley al Senado.
AMY GOODMAN: Teresa, quiero que escuchemos a Flor, una inmigrante mexicana que recoge fresas en la localidad agrícola de Oxnard, California. Flor describe su trabajo y habla de cómo las redadas de inmigración han aterrorizado a la comunidad.
FLOR: Sí, últimamente ha estado muy feo en nuestros trabajos porque estamos trabajando y los carros de la inmigración pasan y pues nos ha afectado mucho como en el trabajo que hemos perdido días sin ir a trabajar. Hemos estado estresados, con miedo de salir a trabajar en las mañanas y con miedo de saber si vamos a llegar a casa o no. Pues a mí me da más miedo porque soy madre soltera y tengo tres niños que dependen de mí y me parte el alma que cada vez que salgo de la casa me dicen: “Mami, con cuidado porque pues te pueden agarrar y te pueden mandar para México y nosotros nos vamos a quedar aquí sin ti”.
Demasiado miedo. Hay personas que desde hace tres semanas, o cuatro semanas que ha empezado esto muy muy feo, que no han salido de sus casas, no han ido por sus lonches, no han ido a lavar. Es muy triste ver todo esto. La única esperanza que tenemos es de que el presidente pues se toque el corazón y nos de una reforma migratoria, porque nosotros no somos criminales, solo venimos a trabajar, nos levantamos a las 4:00 de la mañana.
Los precios del trabajo que estamos haciendo son muy bajos. Pasamos ocho horas empacando estas fresas, cortándolas y pues el precio de las cajas es solamente 3,20 [dólares] por una caja que pesa 20 libras y pues también si pudieran ayudarnos a tener un precio justo para los trabajadores, porque pues como le digo, hay mucho sufrimiento aquí.
AMY GOODMAN: Flor dice además que gana algo así como 3,20 dólares por cada 9 kilogramos por cada nueve kilos de fresas que recoge. ¿Puede describir esas condiciones laborales? ¿Qué debe entender la gente? ¿Y qué más está haciendo la Unión de Campesinos para representar a las personas en medio de esta terrible represión contra los inmigrantes?
TERESA ROMERO: Lo que ella está describiendo es lo que yo escucho de trabajadores y trabajadoras todos los días. Debemos recordar que aquí en California hay lugares donde las temperaturas son de 110, 115, 120 grados [Fahrenheit]. Esos trabajadores continúan trabajando sin descanso. Es un trabajo en el que se están agachando constantemente, en el que están cargando escaleras, en el que están cargando morrales llenos de frutas y verduras y constantemente corriendo para llevar lo que han ya pizcado y llevarlo a donde tienen que entregarlo. El problema que existe ahorita es que estamos aterrorizando a la gente que trabaja para poner la comida en nuestras mesas. Nosotros hace más de diez años hicimos una campaña que decía “Vengan a tomar nuestros trabajos”, porque siempre hemos escuchado que mucha gente dice: “Ellos están tomando los trabajos que nosotros podemos hacer”. Hicimos una campaña en grande y, en línea, aproximadamente 8.600 personas solicitaron trabajo en agricultura. Nosotros estábamos diciendo que necesitamos tener 800.000 personas para que cubrieran estos trabajos. Doce personas se presentaron a trabajar. En el primer día, la mayoría de ellos ya se habían ido. Entonces, como consumidores, como personas, debemos entender que este trabajo es sumamente importante y tenemos que respetar a estos hombres y mujeres que continúan haciéndolo y que lo único que quieren es vivir en paz con sus familias, en sus comunidades, sin tener que vivir aterrorizados día con día.
JUAN GONZÁLEZ: Teresa quería preguntarle acerca de los anuncios del Gobierno federal en la televisión, en español y en inglés, exigiendo a los indocumentados la autodeportación. Este concepto de que la gente puede voluntariamente salir del país.
TERESA ROMERO: Nosotros lo que estamos recomendando a todos los inmigrantes, ya sean trabajadores agrícolas o no, es que hablen con un abogado. Nosotros no podemos darles un consejo legal, no somos abogados, pero sí queremos que tengan mucho cuidado con lo que van a hacer, que estén informados de las consecuencias legales si lo hacen o no lo hacen. El mejor consejo que yo les puedo dar es que hablen con un abogado.
AMY GOODMAN: Muchas gracias por concedernos este tiempo. Teresa Romero es una líder sindical de larga trayectoria y presidenta de la Unión de Campesinos. Se comunicó con nosotros desde California.
Para ver nuestra entrevista en inglés, visite democracynow.org, donde también podrá ver nuestras otras entrevistas sobre las redadas de inmigración en todo el país. Soy Amy Goodman, con Juan González. Gracias por acompañarnos.
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