En Filipinas, durante su discurso del estado de la unión pronunciado el lunes, el presidente, Rodrigo Duterte, exhortó a los legisladores a restablecer la pena de muerte para aquellos delincuentes que cometan delitos relacionados con drogas. A principios de este mes, la Organización de las Naciones Unidas votó a favor de investigar los abusos perpetrados por las fuerzas de Duterte en su guerra contra las drogas que, según agrupaciones a favor de los derechos humanos, se ha cobrado decenas de miles de vidas. Butch Olano, de Amnistía Internacional, sostuvo: “Los asesinatos extrajudiciales continúan siendo frecuentes en Filipinas. Hablar de restablecer la pena de muerte por delitos relacionados con drogas es abominable, y podría agravar el actual clima de impunidad”.
Decenas de miles de personas salieron a las calles para protestar contra Duterte mientras este pronunciaba su discurso. Los manifestantes también se opusieron a la negativa de Duterte a confrontar a China por el hundimiento de un barco pesquero filipino, acaecido el mes pasado, y por disputas territoriales en el Mar de China Meridional. Estas son las palabras de uno de los miembros del movimiento de oposición Nueva Alianza Patriótica.
Renato Reyes afirmó: “La gente está bastante harta de las excusas, de los asesinatos, del constante servilismo con China, y solo quieren que esos incidentes y casos se detengan. Si no puede defender y preservar la Constitución, así como defender nuestros derechos soberanos, entonces Duterte realmente no tiene nada que hacer en el cargo de presidente”.
En más noticias sobre Filipinas, se inició hoy el juicio por difamación contra Maria Ressa, la galardonada editora y fundadora del sitio de noticias independiente Rappler. Ressa, enérgica crítica del presidente Duterte y su guerra contra las drogas, ha sido sistemáticamente atacada por sus informes.
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