
El miércoles 7 de agosto, el presidente Trump viajó a Dayton, Ohio y El Paso, Texas. Allí lo recibieron cientos de manifestantes que condenaban su presencia tras los atentados con armas de fuego perpetrados el fin de semana que dejaron un saldo de 32 muertos. Antes de sus visitas, Trump dio a entender la necesidad de reforzar los controles de antecedentes para la venta de armas de fuego y volvió a vincular las enfermedades con los atentados con armas de fuego, retórica que, de acuerdo a algunos profesionales de la salud, es peligrosa. Muchas otras figuras políticas apuntaron a las enfermedades mentales como un factor que contribuye a los atentados masivos.
Para saber más de este tema, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con la Dra. Megan Ranney. Ranney, que se comunica con nosotros desde Montreal, es profesora asociada de emergencias médicas en la Facultad de Medicina Alpert, Universidad de Brown, e investigadora principal de AFFIRM Research, una organización sin fines de lucro que trata de reducir las lesiones producidas por las armas de fuego.