En la ciudad de Washington D. C., el jueves, los abogados de la campaña de reelección del presidente Trump alegaron haber descubierto una gran conspiración para socavar la voluntad de los votantes estadounidenses en la que se fabricaron boletas a favor de Joe Biden. El abogado de Trump y exalcalde de la ciudad de Nueva York, Rudy Giuliani, dirigió la conferencia de prensa del jueves en el vestíbulo de la sede del Comité Nacional Republicano en el Congreso de Estados Unidos.
Rudy Giuliani: “Puedo demostrarles que [Trump] ganó en el estado de Pensilvania por 300.000 votos. Puedo demostrarles que ganó en el estado de Michigan probablemente por 50.000 votos”.
Giuliani no ofreció ninguna prueba que confirmara sus alegaciones. Mientras hablaba, Giuliani comenzó a transpirar profusamente, lo que hizo que el tinte de color marrón oscuro de su cabello le corriera por las mejillas. El abogado de la campaña de Trump Sidney Powell describió una gran conspiración para manipular las elecciones que involucra a George Soros, Hillary Clinton, [el movimiento antifascista conocido como] Antifa, China, Cuba y el expresidente venezolano Hugo Chávez, quien murió en 2013. Powell ha pedido a las legislaturas de los estados indecisos que ignoren el voto popular con el fin de nombrar partidarios de Trump al Colegio Electoral.
Christopher Krebs, el principal funcionario de seguridad electoral de Estados Unidos despedido por Trump esta semana por rehusarse a apoyar sus teorías conspirativas, hizo una publicación en Twitter en la que podía leerse: “Esa conferencia de prensa consistió en la hora y 45 minutos de televisión más peligrosos en la historia de Estados Unidos. Y probablemente también los más dementes”.
El jueves, el senador republicano del estado de Nebraska Ben Sasse criticó los esfuerzos de la campaña de Trump y escribió: “Rudy y sus amigos no deben presionar a los electores para que ignoren sus obligaciones de certificación que según la ley deben cumplir. Somos una nación de leyes, no de tuits”. El senador republicano del estado de Utah Mitt Romney agregó: “Es difícil imaginarse una acción peor y más antidemocrática por parte de un presidente estadounidense en funciones”.
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