En América Latina, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, eximió a las iglesias de acatar el confinamiento impuesto a causa del coronavirus, tras clasificar las ceremonias religiosas como “servicios esenciales”, accediendo así a las solicitudes de líderes evangélicos. Los casos confirmados de coronavirus en Brasil se dispararon la última semana a casi 3.000.
En México, el gobernador del estado de Puebla enfrenta críticas tras afirmar que los pobres son inmunes a la COVID-19. Por su parte, el Gobierno mexicano suspendió temporalmente las solicitudes de asilo al tiempo que ese país intenta promover el distanciamiento social y que sean limitados los servicios no esenciales. México ha confirmado casi 600 casos de COVID-19 en medio de una grave escasez de pruebas de diagnóstico.