En Washington D. C., el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, condenó el jueves la decisión de la Corte Penal Internacional de investigar los presuntos crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad cometidos en Afganistán por los soldados estadounidenses y la CIA. Hablando desde la sede del Departamento de Estado, Pompeo dijo que Estados Unidos tomaría medidas para evitar que sus ciudadanos sean juzgados en La Haya.
El secretario de Estado Mike Pompeo dijo: “Esta es una acción realmente descarada de parte de una institución política que no rinde cuentas a nadie y que se disfraza de organismo legal. Es aún más imprudente que este fallo llegue apenas unos días después de que Estados Unidos firmara un histórico acuerdo de paz sobre Afganistán, que representa la mayor oportunidad de paz en toda una generación. (…) Estados Unidos no es parte de la Corte Penal Internacional y tomaremos todas las medidas que sean necesarias para proteger a nuestros ciudadanos de este supuesto tribunal, que en realidad es renegado e ilegal”.
Los fiscales de la Corte Penal Internacional dicen que tienen pruebas contundentes de que las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán “cometieron actos de tortura, trato cruel, ultrajes a la dignidad personal, violación y violencia sexual”. La Corte Penal Internacional también está investigando los crímenes de guerra cometidos por las fuerzas afganas respaldadas por Estados Unidos y los talibanes.
Human Rights Watch acogió con satisfacción el fallo de la Corte Penal Internacional, escribiendo en una declaración: “La decisión de la Cámara de Apelaciones de la Corte Penal Internacional de dar luz verde a una investigación sobre crímenes brutales en Afganistán, a pesar de la extrema presión, reafirma el papel esencial de la Corte para las víctimas cuando todas las demás puertas de la justicia se cierran”.